Harto de ser fotógrafo, se entrega al diálogo como acto creativo y apela a la belleza de la diversidad. Entiende que no existe la imagen perfecta y espera con avidez el error fotográfico y su espontaneidad.
Vason nació en Italia, fue fotógrafo de moda, se desarrolló académicamente en Londres, se acercó al performance, ha colaborado con artistas de todo el orbe y ahora está en Querétaro para trabajar un taller y montar una exposición en el Museo de la Ciudad.
“Es muy simple entrar en un sistema artístico de pura estética, sistematizar el arte del shock, de la emoción rápida. El arte no es sólo estética, tiene también la responsabilidad de cuestionar. Toda imagen capturada por El PhotoPerformer lleva un mensaje crítico. No suelen hacerse virales porque son quizá perturbadoras y requieren de interpretación.”
La creación del alter-ego
“Todo empezó mientras me desenvolvía en la fotografía de moda, me resultaba muy interesante estudiar las mil y un maneras de transformar técnicamente una imagen, pero sentía un gran conflicto al no poder tocar el contenido.
Porque en el mundo de la moda no sólo está siempre impuesto sino que además es siempre el mismo: “necesitas este producto, cómpralo”.
Después conocí el performance y me sorprendió por la honestidad en la expresión del cuerpo. Me acerqué para trabajar con esa gente y desarrollé una metodología de trabajo en la que -contrato mediante- seleccionábamos fotos de mutuo acuerdo y dividíamos cualquier ganancia en un 50–50. Con ese diálogo inicial, yo aportaba la técnica para hacer fotos hermosas y ellos sumaban al contenido tan fuerte del performance.
Esas imágenes eran más fuertes que nada que hubiera visto en el mundo de la moda, me hicieron evolucionar. Al participar en la creación del contenido, empezó el análisis autobiográfico y eso eventualmente se tradujo en El PhotoPerformer.
Posiblemente El PhotoPerformer, nació de la tumba de la foto análoga, con el dominio del formato digital. O quizá trabajando en el libro Double Exposure, donde tomaba una foto y luego alguien me fotografiaba a mí, eso alentó una reflexión histórica y descubrí que realmente no rompía con el molde normal del fotó- grafo, que cámara en mano dejaba de ser Manuel Vason para ser sólo “el fotógrafo”.
Pero mediante esa abstracción es que podría trabajar una performance con una capacidad de diálogo antes no contemplada.”