Por Kate Kelland y Ludwig Burger
LONDRES/FRÁNCFORT, 2 oct (Reuters) – El género, la edad y el peso del presidente de Estados Unidos Donald Trump son factores que lo hacen más vulnerable al desarrollo de COVID-19 severo, y suponen un riesgo teórico de alrededor de un 4% de morir, dijeron el viernes expertos en salud.
Sin embargo, es difícil evaluar la probabilidad con precisión, ya que factores como la aptitud física general y los niveles de actividad, las afecciones preexistentes y las investigaciones médicas recientes pueden marcar una diferencia significativa.
Un documento de trabajo de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos, publicado en julio, situó el riesgo de que una persona infectada, pero por lo demás sana de 70 a 79 años de edad muera a causa del COVID-19 en un 4,6%, independientemente del sexo.
David Spiegelhalter, profesor de riesgo y experto en estadísticas de la Universidad de Cambridge de Gran Bretaña, mencionó una calculadora de supervivencia de COVID-19 que situaba la tasa de mortalidad de un hombre blanco de 74 años de edad, por lo demás sano, con COVID-19 durante el pico de la pandemia en Gran Bretaña a principios de este año entre el 3% y el 4%.
El riesgo ahora “presumiblemente sería algo menor”, dijo, ya que los médicos de todo el mundo han adquirido experiencia en el tratamiento de la enfermedad.
Michael Head, profesor de salud global de la Universidad británica de Southampton, dijo que “el perfil del presidente lo clasificaría como vulnerable. Tiene 74 años y, según se informa, tiene sobrepeso”.
La información proporcionada por un médico de la Casa Blanca en junio coloca al presidente de 74 años en la categoría de obeso, lo que triplica su riesgo de necesitar tratamiento hospitalario, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos publicados en agosto.
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GOLF Y CAMINATAS
Incluso para personas de 65 a 74 años de edad, por lo demás sanas, infectadas con el coronavirus, el riesgo de mortalidad es 90 veces más alto que para las personas de 18 a 29 años de edad, según los datos del CDC.
Julian Tang, experto en ciencias respiratorias de la Universidad de Leicester, dijo que, aparte de la edad y la obesidad, “otras condiciones médicas existentes como la diabetes, la hipertensión, otras enfermedades crónicas del corazón y los pulmones pueden provocar una grave enfermedad COVID-19”.
Pero Naveed Sattar, profesor de medicina metabólica de la Universidad de Glasgow, señaló que Trump no ha informado de ninguna condición crónica y es razonablemente activo -juega al golf con frecuencia y parece caminar a paso ligero-, lo que puede contrarrestar algunos de los riesgos.
Los datos de los CDC tampoco tienen en cuenta la atención de vanguardia que probablemente reciba el presidente, aunque algunos expertos médicos advirtieron a los doctores de Trump que no se vean tentados a tratarlo de manera diferente a cualquier otro paciente similar.
“Yo les aconsejaría: No se desvíen del protocolo estándar, porque es entonces cuando ocurren los errores y se empieza a experimentar”, dijo Bharat Pankhania, profesor clínico superior de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, en Gran Bretaña.
“Este no es un momento ni un lugar para experimentar, sólo porque sea el presidente”, agregó Pankhania, quien aseguró que el protocolo estándar sería “monitorear, y actuar si es necesario”.
“Lo habitual con lo que tenemos que actuar, si es necesario, es el oxígeno”, dijo. “Y si un paciente necesita apoyo de oxígeno, también puede haber algún beneficio al darle el esteroide dexametasona”.
El medicamento antiinflamatorio genérico y el antiviral remdesivir de Gilead son las únicas terapias farmacológicas aprobadas para el tratamiento de pacientes hospitalizados con COVID-19.
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(Reporte de Kate Kelland en Londres y Ludwig Burger en Fráncfort, Editado en español por Javier López de Lérida)