Por Mark John
LONDRES, 2 nov (Reuters) – Con la pandemia aparcando cualquier posible propósito de austeridad, los Estados europeos han emprendido la carrera para sacar a sus economías de la recesión y recuperar una cierta apariencia de normalidad.
Si bien el volumen de dinero que se está poniendo a tal efecto asciende a billones de euros, la suma total de las cifras enmascara las profundas diferencias entre la cantidad y el tipo de ayudas que ofrece cada nación.
Los países ricos del norte de Europa apuntalan partes esenciales de sus economías con efectivo que no tendrá que ser devuelto, mientras que sus vecinos más pobres del sur recurren a alivios a corto plazo en forma de préstamos y exenciones fiscales temporales.
El propósito del fondo de recuperación de la Unión Europea de 750.000 millones de euros es limar esas diferencias y asegurarse que la brecha de la riqueza no se agrande. Pero ese dinero sólo estará disponible a partir del próximo año, e incluso para entonces tan sólo de forma gradual.
Mientras tanto, las diferencias entre países quedan de manifiesto.
Bruegel, un grupo de expertos con sede en Bruselas, estima que el total de las ayudas no reembolsables que Alemania ha podido ofrecer a sus empresas y ciudadanos es del 8,3% de su Producto Interno Bruto, no muy lejos del 9,1% de Estados Unidos.
Esto incluye 100.000 millones de euros para recapitalizar y comprar participaciones en empresas afectadas por el coronavirus, 23.500 millones en prestaciones salariales para los que trabajan en horario reducido y 18.000 millones en subsidios directos a las pequeñas empresas más necesitadas.
Esto contrasta con las partidas mucho menos generosas que se ofrecen en las economías que estuvieron en el centro de la crisis de deuda soberana de 2009: las ayudas directas de Portugal sólo representan el 2,5% del PIB, las de Grecia el 3,1%, las de España el 3,7% y las de Italia el 3,4%.
Roma ofreció una enorme moratoria a más de 220.000 millones de euros en préstamos e hipotecas de las pequeñas empresas, pero tal como están las cosas, a finales de enero tendrán que continuar donde lo dejaron con préstamos tan grandes como antes.
Madrid enfrenta un dilema similar. El Gobierno español respaldó 140.000 millones de euros en créditos a empresas y los bancos negociaron períodos de gracia en los plazos de pago. Pero a medida que esos períodos de gracia empiezan a agotarse aumenta la preocupación por una ola de quiebras, ante lo cual España busca ofrecer más ayudas.
Por lo tanto, la noticia del viernes de un repunte mucho más fuerte de lo esperado de la economía de la zona euro en el tercer trimestre sólo cuenta la mitad de la historia: los datos reflejan un escenario previo a la segunda ola de infecciones de octubre y con las economías más pobres todavía beneficiándose de las ayudas estatales.
A medida que la actividad se ve afectada por la imposición de nuevas restricciones, lo peor podría estar aún por venir.
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(Editado en español por Darío Fernández y Javier Leira)