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En México a nivel federal, hasta el cierre de 2017, existían 374 fideicomisos con registro en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los cuales manejan 835 mil 477 millones de pesos, monto que equivale a 15.8 por ciento del presupuesto aprobado para 2018, y aun cuando hay mecanismos de supervisión, estos fideicomisos siguen siendo poco transparentes y manejados discrecionalmente.
En entrevista con CAPITALMEDIA, Sara Salvatierra, investigadora del Programa de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción del Centro de Análisis e Investigación Fundar, señaló lo anterior tras considerar que a pesar de representar cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), 92 por ciento de los instrumentos carece de estructura administrativa, posee pocos mecanismos de control interno.
Y es que de acuerdo con la propuesta 48 de los 50 puntos de Andrés Manuel López Obrador, virtual presidente electo, a partir de su administración “serán cancelados los fideicomisos y cualquier instrumento para ocultar fondos”. Iniciativa que para Sara Salvatierra es positiva en tanto la nueva administración está volteando a ver estos instrumentos de financiamiento, sin embargo, considera que no deben desaparecer en su totalidad porque sería una medida “extrema”.
Reitera que de los 374 fideicomisos existentes 337 o 92 por ciento de ellos carece de estructura administrativa, lo que significa que 772 mil 63 millones de pesos están en amplios riesgos de opacidad donde los recursos pueden ser utilizados de manera discrecional y poca rendición de cuentas.
Y éste no es poco dinero, los 772 mil millones de pesos representa 99 veces los 7 mil millones de pesos que funcionarios federales triangularon con la “estafa maestra”, más allá, equivalen a 20 veces el presupuesto destinado a la reconstrucción de la Ciudad de México tras el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Además aclaró que del total de fideicomisos, 139 están integrados en instituciones financieras privadas quienes ejecutan los recursos, y éstas se rigen por el secreto bancario y fiduciario, y no hay posibilidad de transparentar estos recursos, sino a través de las dependencias públicas que los crean, el problema es que las instancias públicas como no manejan los recursos y lo delegan a los bancos no tienen el desglose completo y dicen que no tienen detalles de esto.
Pese a todo extinguir los fideicomisos “no es estratégica, ni real”, explica la autora de la Investigación “Los fideicomisos, el arte de desaparecer dinero público”, pues señala que aun cuando “utilizan recursos públicos, han sido usads como instrumentos de opacidad; sin embargo, cancelarlos totalmente es extremo, porque existen fideicomisos indispensables para el cumplimiento de las funciones del Estado”.
“Los fideicomisos entendidos como aquellos instrumentos que se utilizan para destinar bienes y recursos con destinos específicos, son buenos, el problema es que estos recursos sean utilizados por personas distintas y con fines distintos a los que fueron creados”.
Hay fideicomisos como los Fondos de Estabilización Financiera, donde está el Fonden, que son necesarios porque permiten contar con recursos públicos en el caso de un desastre.
Destacó que ahora, lo necesario es conocer cuáles funcionan y descartar los que no, por ejemplo, en el Poder Judicial hay para las casas de magistrados y esos sí deberían desaparecer, extinguirlos.
