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Drones de búsqueda y rescate, patrullaje, inventario, recuperación de vehículos robados y de videofilmación, la industria en México se multiplica e irrumpe en sectores como el de la seguridad, el industrial y de entretenimiento; sin embargo, la legislación mexicana sobre estos dispositivos acorta su potencial.
Federico González, CEO de Dronix, una de las compañías pioneras en el uso comercial de drones, o Sistemas de Aeronaves Pilotadas a Distancia (RPAS), así designadas por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), refiere que la industria y autoridades trabajan para amalgamar una normativa, la número 107, pues ésta pretende multiplicar los usos de esta tecnología y a su vez, garantizar la seguridad de los ciudadanos.
“La tecnología se mueve realmente muy rápido y la regulación se tiene que hacer de manera muy cuidadosa”, declaró, es difícil conciliar ambas partes, pero a México le urge un marco normativo que vaya más allá de lo estipulado actualmente por la circular CO AV-23/10 de la DGAC, que ya en su cuarta versión no deja de ser una mera disposición administrativa.
Aunque desde 2017 ya existe un proyecto de NOM (Norma Oficial Mexicana) sobre RPAS, sigue en espera y dentro de poco saldrá a la luz.
Explica a CAPITALMEDIA que de contar con un padrón, idea que también considera la NOM 107, sería fácil detectar al responsable de un mal uso; además las aplicaciones para operar drones requieren información del usuario, y sobre todo, el hecho de llevar un censo o una especie de matrícula al expenderlos facilita la identificación de los operadores.
Por su lado, Neftalí Elorza, profesor en la Dirección de Ingeniería Mecánica e Industrial (DIEMI), coincidió en que actualmente en México no existe un registro de aeronaves no tripuladas y de radiocontrol, adaptadas con videocámaras.
Para los ciudadanos es importante regular este nuevo mercado y proteger la privacidad.
En malas manos
La presidenta de la organización Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, dijo que la delincuencia los utiliza para la vigilancia de casas de seguridad y mensajería ilícita.
“Hemos visto que lo usan los delincuentes para mandarse mensajes, eso sí lo hemos visto en materia de secuestro, que han usado drones para enviar mensajes en los poblados.
“Incluso, pandillas usan este tipo de tecnología para espiar y como una especie de periscopio en los hogares, lo utilizan de diferentes herramientas, incluso hasta para transportar mercancía adentro de penales o bien en estadios”, comentó.
Detalló que existen equipos detectores de drones y aparatos conocidos como “gamers” o bloqueadores de señal, para evitar el acceso a las propiedades.
El CEO de Dronix recalcó la necesidad de un marco legal justo para este tipo de aeronaves no tripuladas, ya que en el futuro podrían usarse para transporte de pasajeros, paquetería, o hasta llevar órganos.
Es complicado, asevera, hablar de que la falta de normativa frene proyectos, ya que su firma ha conseguido algunos donde –en colaboración con autoridades estatales y federales, Sedena y Marina– han llevado a cabo tareas de vigilancia, incluso de combate al crimen organizado, como la localización de casas de seguridad; “sin que los delincuentes se percaten de que son vigilados”.
Pese al vacío regulatorio, los drones se suman a la vida cotidiana de los mexicanos, que ya los emplean hasta para grabar acontecimientos familiares.