Luis Mondragón cumplirá 74 años y todos los días se levanta a las cinco de la mañana para barrer la acera de su casa; su vecino, Matías Alvarado –de su misma edad– sale de su casa para dirigirse a su trabajo, donde ha preferido no jubilarse al no contar con los recursos suficientes que le puedan dar la tranquilidad de una pensión como la de su vecino.
Aunque por ley los trabajadores mexicanos afiliados a cualquiera de los dos institutos de seguridad social del país tienen la oportunidad de jubilarse al llegar a los 65 años, en la práctica esto no ocurre ante diversos factores que complican tomar tal determinación.
Los adultos mayores que siempre se desempeñaron en una actividad informal tienen todavía menos probabilidad de dejar el trabajo cotidiano, salvo que sea por motivos de extrema necesidad, como una precaria salud.
Si bien de acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en el país la edad promedio de jubilación de los trabajadores hombres se ubica en 72 años, en las mujeres está en torno de 69, y representa una de las tasas más altas para dejar de trabajar a nivel global, en realidad existen muchos mexicanos de ambos sexos trabajando aún por encima de los rangos de edad estimados por el organismo.
En esto coincide la empresa consultora Mercer que aseguró que la edad de la jubilación desapareció debido a que los ahorros personales ya no son suficientes para el retiro, porque la gente trabaja más años, ya sea por elección o necesidad económica.
La empresa de consultoría destacó que de acuerdo con la encuesta sobre seguridad financiera “Healthy, Wealthy and Work-Wise”, sólo un cuarto de los prejubilados confía en que ahorrará lo suficiente para el retiro.
Apuntó que más de dos tercios (68 por ciento) de los encuestados, espera seguir laborando o no jubilarse nunca, mientras que 88 por ciento se siente responsable por sus ingresos de jubilación, pero muchos no toman las acciones necesarias.
Entre los factores que afectan la capacidad de ahorro e inversión está el estrés, asequibilidad, acceso y confianza en las inversiones, edad, género y etapa de vida, explicó.
Refirió que, según la investigación, en la actualidad, un tercio de los encuestados no ha hecho ningún cálculo financiero para su etapa de madurez; en tanto, el cambio de trabajo constante de la generación millennial también tiene impacto en los ahorros.
El 79 por ciento de los adultos encuestados aseguró que los consejos de su empleador son seguros e independientes en cuanto a la planificación, ahorro e inversión, mientras que sólo uno de cada seis consultó a un asesor financiero para calcular la jubilación.
Son muchos y serán más
Según el Consejo Nacional de Población (Conapo) en el país existen 11.7 millones de personas mayores de 60 años, lo que representa cerca de 9.7 por ciento de los habitantes de México.
Mientras que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de los 31.6 millones de hogares que hay en el país, en tres de cada 10 vive al menos una persona de la tercera edad.