Aunque los chalecos de cuero negro, chamarras con parches de música de metal o rock, paliacates, botas todo terreno, cabelleras largas y sueltas forman parte del atuendo rudo de los motociclistas conocidos como “choppers”, la verdadera imagen interior, es totalmente diferente a la exterior, pues en el caso del Club Espíritus Libres, entre las características que los identifica, es el ambiente familiar.
Así como la solidaridad, la ayuda mutua, la hermandad y sobre todo “rodar para sentir la libertad”.
Con un poco de dialogo entre la familia choppers, basta para darse cuenta de que tienen cientos de anécdotas que compartir, música que intercambiar y experiencias en el aspecto humanitario, como los actos altruistas que giran el significado de “rodar” y recorrer no solo las zonas más alejadas de la capital, en donde el desarrollo no llega, sino conocer a las personas que viven ahí.
Entre los personajes, es Jonathan García, vicepresidente de Espíritus Libres en Querétaro, quien recordó con emoción que hace cinco años comenzó a crearse el motoclub con un grupo de amigos que empezaron a reunirse.
“Empezaron a salir en motocicleta y un día surgió la idea de hacer un motoclub. Un nombre anterior con el que se reconoció al motoclub fue “Tomates rodantes” porque al principio había un integrante que se llamaba Tomás, le decíamos tomate y un día hubo una entrevista para el periódico y salió la foto como tomates rodantes porque no teníamos nombre como tal y de ahí empezaron a establecerse como un motoclub y surgió el nombre de Espíritus Libres porque no nos regimos como tal con reglas de motociclismo estadounidenses”, explicó.
Este club cuenta con un reglamento, el cual establece normas básicas para los integrantes como el manejo de una motocicleta, las formaciones de circulación en grupo, los rangos: Presidente y el vicepresidente que actúa cuando no está la primera figura de autoridad. Además, Espíritus Libres rescata el ambiente familiar, con reglas de convivencia en donde la democracia gana.
“Respeto hacia las mujeres, hacia los hijos de cada integrante, el hecho de las salidas, a qué hora hay que rodar, tratar de no rodar en la noche, de que no deben de circular en estado de ebriedad, cosas por el estilo”, detalló.
Por ello, no se arrepiente de su amor a las motocicletas luego de que se hizo fan de la serie televisiva “Renegados”, de 1992.
Miguel Abraham Calvo Téllez, presidente de Espíritus Libres considera que el amor por las motos viene de “linaje”, algo que se desarrolla conforme el tiempo.
“Soy originario de Veracruz, llevo un poco más de 20 años en Querétaro; mi primer moto fue una 250. Dentro del motociclismo se les conoce como Chapters o sedes, la ideología que tenemos en Querétaro es la misma, el reglamento, los colores, lo mismo que nos precede es lo mismo que en otros estados”, abundó.
Vestimenta
El presidente de Espíritus Libres recalcó que lo básico para pertenecer al club es un chaleco de piel, “después nosotros manejamos lo que es un parche, de la misma manera el cargo, la sede y tu nombre va reflejado en el chaleco, algunos compañeros traen parches adicionales de los eventos y rodadas”, resaltó.
Los niños
En el Club los niños y niñas son una pieza fundamental para la convivencia, quienes se divierten no solo con la emoción de subirse a una moto, sino porque en las labores altruistas, reparten juguetes y comparten sonrisas con otros infantes en las diferentes comunidades.
Mientras que las mujeres, son el alma de la fiesta en las reuniones, pues aunque son pocas quienes comparten el amor por las motos, se complementan con los esposos aventureros.
Esto es parte de la historia de Espíritus Libres, con integrantes que no olvidan el valor de la familia, la amistad y sobre todo, la vida en libertad, pero con responsabilidad.
Anécdotas
Entre las variadas anécdotas que ha vivido cada uno de los integrantes de este club de motociclistas, destaca que en las rodadas a la Sierra Gorda, en donde se pueden apreciar paisajes hermosos, como la puesta de sol o las cascadas que resaltan al pasar por la carretera del pulmón verde del estado, el horario de recorrido se extiende unas horas debido a las pláticas, la gastronomía a la que no pueden resistirse los choppers y las artesanías que roban su atención.
También, una de las anécdotas que más recuerdan es cuando a pesar de que la mayoría de los integrantes revisa la parte mecánica de las motos para evitar contratiempos en la carretera, a medio camino, independientemente si la máquina es nueva o vieja siempre falla la de un motociclista, sin embargo el apoyo sobra para completar los viajes.
Con la música, los choppers comparten experiencias en algunos bares de la capital queretana, como el Black Dog, en donde la mayoría de los clubes tienen su reconocimiento, como parte de la familia que a nivel nacional existen en cada estado con sus diferentes logotipos y lugares preferidos de reunión.