“Yo conocí a mi marido en una página de parejas por Internet, ahora llevamos ocho años juntos y tenemos una hija que está por cumplir siete”, dice Rosa, de 38 años. Al principio de su relación solamente se comunicaban por mail, después hablaban por teléfono y hasta varios meses más tarde se conocieron en persona.
Y es que iniciar relaciones sin conocer físicamente a alguien ha sido algo más o menos común desde tiempos del intercambio de cartas de amor o de cuando en casa sólo había un teléfono, pero hoy las herramientas tecnológicas han ayudado a que la gente se conozca y enamore en una época que tiene un ritmo de vida más acelerado.
Celestina del siglo XXI
Las personas siempre han recurrido a un tercero para que, por ejemplo, les presente a alguien que podría funcionar como su pareja; sin embargo, hoy esa tarea la puede realizar una aplicación del teléfono celular sin que haga falta, por ejemplo, asistir a una fiesta.
“En enero de 2016 bajé Happn (una app de citas que detecta a las personas que han estado en el mismo lugar que el usuario) por recomendación de una amiga y, pues, en febrero de 2018, Jorge y yo cumplimos dos años. Resultó que vivíamos en la misma calle, mismos lugares, mismos intereses y la app fue el ‘amigo en común’ que nos presentó”, recuerda Gabriela.
Marisa coincide en que el amor en tiempos de las redes sociales se ha vuelto un poco más complicado, aunque también ha hecho posible mantenerse cerca y comunicado con quien esté lejos, o conocer a gente fuera del ámbito habitual.
“Estoy fuera del mercado hace muchos años, pero creo que, como pasa siempre, hay dos caras de la moneda”, apunta.
Lo mismo, pero con Internet
Hay otras personas que ven al amor en tiempos de las redes sociales como una especie de regreso al pasado; es decir, es lo mismo que antes, pero ahora tiene Wi-Fi.
“Regresamos a los tiempos de mi madre, cuando los novios se veían una o dos horas por día en la puerta de la casa o con chaperón, y pues, a la hora de casarse, ni se conocían. Ahora, todo es por mensajito y, claro, a la hora de juntarse tampoco se conocen. Es lo mismo, pero con tecnología”, opina Verónica.
Una de las cosas que sí se han transformado es hasta dónde llega el nivel de intimidad, y hoy la verdadera “prueba de amor” tiene otro nombre: password.
“Ahora, la prueba del amor es que te den sus claves de acceso a las redes sociales”, advierte Óscar.
Sólo son nuevos medios
Así que parece que la mejor aportación del Internet para el amor ha sido comunicar más a la gente… claro, cuando se utiliza de manera adecuada.
“Parece que lo que ha cambiado es la forma en que inicialmente nos ponemos en contacto con las personas. Los nuevos medios de interacción basados en la innovación tecnológica son sólo eso, medios para conocer a las personas”, explica Víctor Jiménez, psicólogo terapeuta Gestalt.
“Las relaciones pueden ir más allá –o no– si ambos encuentran compatibilidad, respeto, intensidad, lo que sea que estén buscando. Lo que sí es cierto es que las redes sociales nos dan posibilidades de conocer a más gente”.
Víctor indica que algunas personas eligen un encuentro único virtual, mientras otras se conocerán en persona, incluso formarán una pareja.