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Cuando nos sentamos a ver una película, sabemos que lo que estamos viendo no es real. Aun así, a veces las escenas llegan a ser tan realistas que nos mantienen en expectación durante toda la cinta.
Puede que la película no sea real, pero las emociones que experimentamos y las reacciones que se desencadenan sí lo son. Sin duda, se trata de un efecto muy podero so que últimamente es estudiado en el contexto de una ciencia denominada Neurocinema, dedicada a estudiar la influencia de los contenidos cinematográficos en nuestro cerebro.
Un estudio publicado por la Universidad de Westminster, Inglaterra, descubrió que las cintas con momentos de “susto o salto” tenían más probabilidades de ayudar a quemar calorías, porque aumentaban la frecuencia cardiaca de manera espectacular.
El falso camino
El estudio, realizado por el doctor Richard Mackenzie, profesor y especialista en metabolismo celular y fisiología en la universidad de Westminster, expuso que al ver una película de este género, el cuerpo experimenta un aumento en la adrenalina, lo cual ayuda a quemar calorías.
Sin embargo, el doctor de neurociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Hugo Sánchez, afirma que ésta es una verdad a medias.
En el caso de las películas de terror indica que durante los episodios de estrés, miedo o ansiedad suceden dos cosas que harían parecer que el fundamento de que se queman calorías por ver una película de este género es positivo: uno es que cuando tenemos alguno de estos tres estados, se produce una descarga de adrenalina, la cual provoca que se active el eje Hipotálamo Pituitario Adrenal (HPA). Se trata de un mecanismo de sobrevivencia que alerta al cuerpo ante una posible amenaza de muerte; pero de acuerdo con el doctor de la UNAM, también disminuyen funciones que no son necesarias, como el incremento de la tasa cardiaca y el descenso de la función intestinal, “de ahí que parezca que enflaca; es decir, como nos da menos hambre cuando estamos en una situación de estrés, parecería entonces que tener miedo ayuda a enflacar”.
Sánchez Castillo precisa que junto al miedo se activa el cortisol que da energía al cuerpo, “aunque no tienes apetito, tienes más energía, porque el cortisol desdobla todos los reservorios y los convierte en energía”.
Sobre el estudio de Westminster indica que podría estar basado en la tasa cardiaca, un resultado parcialmente verdadero: “Es cierto que quemas calorías sentado porque nuestro sistema siempre está activo, si lo pongo en el segmento del estrés, el corazón empieza a latir más rápido, ¿quema calorías?, claro, pero si usted está en su película de terror con unas “chicken tender” y con unas palomitas, o con unos nachos, la verdad es que usted acaba de ingerir mil 800 calorías y quemó 900; la verdad es que sigue teniendo una gran discrepancia