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La mayoría de las personas cuando acudía a preparatoria o bachillerato tenía claridad a qué querían dedicarse. A esa edad las ideas se ven claras. Y, de repente, llegan la frustración, la angustia y la inseguridad.
Para quien se encuentre en una nostalgia por la vida que lleva, no está solo, ya que no es el único que está atravesando la crisis de los 25, años de edad, o como se denomina oficialmente, la crisis del cuarto de vida.
En el mundo, 75 por ciento de las personas entre 25 y 33 años de edad experimenta una crisis de cuarto de vida, relacionada con sentirse en una encrucijada por su vida profesional, en donde 61 por ciento manifiesta que encontrar un trabajo o una carrera que le apasione es la causa número uno en su vida.
La psicóloga Míriam Ortíz, comentó que hay determinadas edades en las que uno hace una recapitulación vital. Compara cómo le hubiera gustado que fuera su vida y cómo realmente ha sido. Enfrenta expectativas con realidad. Pasa a los 40 y 50, pero también hay una recapitulación especial a los 25.
“Si la diferencia entre lo que se espera y lo que se tiene es muy grande, las probabilidades de sufrir la crisis del cuarto de vida aumentan”, explica.
En esta valoración de nuestra realidad entran en juego varios factores: situación personal, laboral y económica.
“La realidad es que nuestra dé- cada de los 20 ya no es como era la de nuestros padres. Ahora mismo, tener veintitantos es algo que asusta: tener que luchar contra millones de otros graduados para encontrar tu primer trabajo”, describe.
De acuerdo con un estudio realizado para LinkedIn a 6 mil 14 hombres y mujeres de Estados Unidos, el Reino Unido, India y Australia, 48 por ciento de los encuestados dijo que compararse con sus amigos más exitosos les causa ansiedad.
Refirió que las mujeres son las que más sufren esta crisis con 51 por ciento, frente a 41 por ciento del sexo masculino.
En un comunicado, la comunidad social orientada a empresas, destacó que 36 por ciento de los encuestados cambió completamente sus carreras, mientras que 23 por ciento decidió tomar un descanso para revaluar lo que quieren hacer, de su vida en tanto que uno de cada 10 pasó del trabajo de tiempo completo a empleos independientes o temporales.
En ese sentido, refirió que aunque 28 por ciento de las personas de 25 a 33 años saben cuál es el trabajo de sus sueños, no están seguras de cómo abordar un cambio de carrera; además, 56 por ciento quiere consejo para saber qué sigue, pero no sabe a dónde acudir para obtener respuestas.
Explicó que ahí los usuarios pueden encontrar profesionales que los ayuden según el tipo de asesoramiento que necesiten y los intereses mutuos, ya que obtener este punto de vista imparcial puede darles una nueva perspectiva y buenos consejos.
La buena noticia –según la experta– es que la mayoría de los jóvenes que sufre de esta crisis en el futuro la ve como una experiencia catalizadora y la recuerda de una manera positiva.
Asegura que estas crisis evolutivas no es negativa, sino son momentos en los que nos planteamos qué tenemos y qué queremos tener. De pararse y pensar hacia dónde nos queremos dirigir. Son una oportunidad de recuperar el aliento y recobrar fuerza.