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Mobbing, relaciones tóxicas en el trabajo

27 de Abril 2018
El acoso laboral, al igual que el bullying, tiene consecuencias graves en quien lo padece

Pasada una época en la que se veía como algo normal, el maltrato físico y psicológico a los compañeros o empleados cada vez se va haciendo más inadmisibles y reprensible a ojos de la mayoría; incluso desde un punto de vista legal estos problemas reciben cada vez mayor atención.

En México entre 15 y 20 por ciento de los trabajadores ha vivido acoso laboral, y por lo menos 60 por ciento acepta haber sido testigo del denominado “mobbing” en algún momento de su vida, aseguró Jesús Felipe Uribe Prado, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM.

De acuerdo con estudios, es fácil que las personas se identifiquen como víctimas y muy difícil que se reconozcan como victimarios; por ello, organizaciones mexicanas se resisten a abordar este tema e incluso lo niegan.

Pero, “sí existe y se presenta en todos los niveles, tanto en instituciones gubernamentales como en empresas privadas”, expresó el académico de la UNAM.

Explicó que el acoso laboral consiste en una serie de comportamientos negativos por una o más personas hacia un empleado en particular.

Dijo que es un proceso en el que median actos como aislar al trabajador, levantarle falsos, hablarle con injurias o groserías, desprestigiarlo, ser deshonestos con él, acosarlo sexualmente y cometer violencia verbal, simbólica o física, acciones que van encaminadas a destruir al empleado o inducirlo a presentar su renuncia por la desesperación.

Expresó que el trabajador suele ser utilizado por quienes ostentan el poder y por lo regular empieza y termina de manera clandestina. “De hecho, muchas veces los directivos ni se enteran cuando un integrante de su personal pasa por esta situación”.

Del perfil psicológico del acosador, refirió que hay teorías que aseguran que la personalidad juega un papel importante, pues hay quienes por naturaleza son acosadores y otros que son víctimas.

El victimario, añadió, por lo regular tiene baja autoestima y por eso siempre violenta como una forma de defensa, o por el contrario, es narcisista y se considera con el derecho de pasar por encima de cualquiera para lograr sus objetivos.

Otras hipótesis plantean que son los ambientes laborales los que generan este tipo de violencia, y aquí desempeñan un papel importante las características del sistema capitalista del siglo XXI, toda vez que hay empresas con climas laborales muy competitivos, donde los empleados se vuelven individualistas y sólo buscan su propio beneficio.

Una tercera corriente afirma que estas circunstancias se derivan de cierta paranoia, es decir, si alguien tiene este problema psiquiátrico puede ser victimario porque se siente atacado, cree que los demás pretenden quitarle su puesto y comienza a ejercer violencia, o bien, se pone en el papel de la víctima y siente que todos los actos de acoso son dirigidos hacia su persona, detalló.

El experto en psicología de la salud ocupacional consideró que el acoso laboral es un tema que no sólo debe ser definido y diagnosticado por los psicólogos sociales, es preciso que abogados y políticos intervengan porque esto impacta en la salud de los trabajadores y de las empresas en productividad.

Para prevenirlo, opinó que debe legislarse al respecto, tarea que le corresponde al Estado, y también sindicatos, patrones y trabajadores deben establecer reglas para sancionar a quienes cometan acoso laboral.

A nivel social debe haber redes de apoyo y más apertura para hablar y denunciar este problema, añadió.

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