Las enfermedades del corazón permanecen como la principal causa de muerte en México y persiste una estrecha relación entre ese índice de mortalidad con el sobrepeso y obesidad de la población, señaló el especialista Rubén Omar Yza Villanueva.
Una de las formas para prevenir padecimientos cardiacos puede ser al llevar una alimentación sana.
Salmón, sardinas, atún blanco, trucha arcoíris, tofu, nueces y aceite de canola, son algunos de los productos que contienen ácidos grasos omega 3, saludables para el corazón, y que además ayudan a reducir los valores de triglicéridos.
También, hay otro tipo de grasas benéficas para ese órgano, como las monoinsaturadas y poliinsaturadas, las cuales se encuentran en aguacate, almendras, nueces pacanas, cacahuates, piñones y semillas de calabaza, ajonjolí o girasol.
Además de aceite de oliva, aceitunas, aceites vegetales de maíz, girasol, soya, mantequilla o cacahuate; no obstante, todas éstas deben ser consumidas con moderación.
Las grasas de este tipo son una fuente importante de energía, pues ayudan al cuerpo a absorber las vitaminas y mantenerlo sano; sin embargo, hay otras que generan daños como las saturadas y trans, explica en su página de internet el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Las grasas saturadas se hallan en alimentos de origen animal (carne y productos lácteos), muchas de éstas son “sólidas” y también están en comidas fritas y en algunas envasadas, las cuales no son saludables porque aumentan los niveles de colesterol “malo”, al tiempo que se eleva el riesgo de padecer enfermedades del corazón.
La institución de salud indica que las trans son aceites líquidos transformados en grasas sólidas durante el procesamiento de las comidas, que se usan para alargar la caducidad del producto, carecen de valor nutritivo y causan daño a la salud, las cuales se encuentran en los alimentos procesados, tienen un doble efecto nocivo para el colesterol, pues aumentan el “malo” y reducen el “bueno”.
Además de acrecentar los niveles de colesterol “malo” en la sangre, las grasas trans amplían los triglicéridos, favorecen las enfermedades vasculares, diabetes tipo 2 y aumento de peso.
Se pueden encontrar en alimentos congelados, productos precocinados, comida rápida, crema para café, aperitivos, botanas saladas, manteca vegetal, margarinas, panadería industrial, galletas, sopas y salsas preparadas.
Para evitar el consumo de productos de este tipo, el ISSSTE recomienda revisar las etiquetas de información nutricional en busca de ingredientes como aceites o manteca vegetal “parcialmente hidrogenados”.
Llamó a la sociedad a consumir lo menos posible los alimentos que contengan estas grasas; cambiar margarinas por mantequilla, elegir cortes de carne magra y sin piel e incrementar la ingesta de alimentos bajos en grasa