WWW.CAPITALQUERETARO.COM.MX
Óscar tenía 20 años de edad cuando decidió, por rebeldía, pero sobre todo porque le gustaba el mundo del maquillaje, estudiar la carrera de estilista profesional y diseñador de imagen.
Sin miedo a lo que su familia y los demás dijeran, terminó la prepa y después, al mismo tiempo, comenzó a estudiar la carrera y a trabajar en el negocio de una amiga que le dio la oportunidad de empezar a foguearse en el medio.
“A la par que yo estaba estudiando entonces ya me había metido a trabajar, ya estando yo en esto de estudiando y trabajando pues apliqué la de más vale pedir perdón que permiso, y le avisé a mi familia que ya estaba metido en este medio después de tres meses (…) muy favorable (la reacción de la familia) pero ya me dejaron hacer lo que yo quisiera. Si hubo un poquito como el rechazo, como el que yo no lo acredito, pero para esto entonces ya vivía, ya me había independizado de ellos”, compartió.
Para concluir sus estudios consiguió una beca para acudir a la escuela de Antonio Palacios, a quien considera como la institución del medio del estilismo en Querétaro en los años 80- 90.
“Literal: barriendo cabellos y lavando cabezas, literal, esas fueros mis primeros acercamientos ya laboralmente, y de ahí mi amiga, como yo seguí estudiando esta niña me consiguió una beca por la amistad que tenía con Antonio Palacios”, recordó.
A raíz de ello, aplicó sus conocimientos con las clientas de su amiga y posteriormente decidió instalar austeramente su propio establecimiento en El Pueblito, con la idea de revolucionar al municipio de Corregidora en el mundo de la belleza.
No obstante, al no tener el éxito esperado decidió cambiarse a la colonia Niños Héroes donde tuvo una gran aceptación.
“Ahí fue buena, al principio picar piedra obviamente, ya al hacer el cambio quise mejorar y de alguna manera se logró porque el local era más grande, entonces lo equipamos más, hicimos como un lugar más agradable, y se pone toda la creatividad para que nos pudiera salir barato, más vistozo y más barato, entonces ahí la colonia nos recibió bastante bien, los vecinos comenzaron a ir más con nosotros”, narró.
Por azares del destino, a través de internet se enteró de la oportunidad de entrar a una escuela de belleza donde quedó como instructor para dar clases.
A los seis meses le ofrecieron la dirección de la misma, y al año siguiente, la dirección de la escuela más grande a nivel nacional de esa cadena que se encontraba ubicada en Monterrey: “Institutos Imagen”.
Viajes, capacitaciones, coordinación del área de maquillaje y peinado para la reina de la feria de San Marcos en Aguascalientes, y también la coordinación del área de maquillaje y peinado en Nuestra Belleza Aguascalientes y Querétaro, fueron las experiencias que vivió al laborar durante ocho años en dicha escuela.
“Se fue dando, y se fueron abriendo oportunidades (…) en estas mismas escuelas trabajé como loco porque a la par nos daban capacitaciones muy constantemente, porque como era parte del equipo técnico yo necesitaba también estar empapándome de todo y a la vez aplicar mis conocimientos con mis compañeros, capacitar yo a los compañeros, entonces me tocaba capacitar a más estilistas, me tocaba evaluar a otros estilistas y yo tenía que estar en constante movimiento y capacitaciones, entre ellas, fue cuando tuve la oportunidad de irme un mes a Italia, Milán, Italia para que me capacitarán más a fondo sobre el diseño de imagen”, reveló.
Como todo ciclo, que tiene su principio y final, decidió concluir su trabajo en “Institutos Imagen” y abrir de nuevo su negocio en Querétaro, con el propósito de dar un servicio profesional y de calidad, así como ofrecer un ambiente amigable y honesto.
Para él lo más complicado de este medio es luchar contracorriente debido a la falta de profesionalismo que existe en el estilismo de México.
En contraste, lo más grato es conocer a muchas personas y que sus clientas se conviertan en sus amigas y confidentes.
SIG