Ángel María Villar, presidente de la federación española de fútbol durante una etapa de éxitos sin precedente para la selección de ese país, fue detenido el martes en Madrid junto con su hijo y otros dos dirigentes como parte de una pesquisa anticorrupción.
Villar, también vicepresidente de la FIFA y de la UEFA, es sospechoso de organizar partidos de la selección española que derivaron en operaciones de negocios en beneficio de su hijo Gorka, de acuerdo con la fiscalía anticorrupción española.
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Los arrestos motivaron la cancelación de una reunión de la Real Federación Española de fútbol (RFEF) para decidir el calendario de La Liga española. En una declaración colocada en su portal, la federación dijo que iba aplazar “hasta nuevo aviso” reuniones previamente programadas para el miércoles, jueves y viernes.
El ejecutivo, Gorka y otros dos directivos fueron detenidos durante allanamientos en la sede de la federación. Hasta 2016, Gorka Villar se desempeñó durante años como asesor legal y mano derecha de tres expresidentes de la Conmebol luego acusados de corrupción como parte de una pesquisa en Estados Unidos.
Varias horas después del arresto, agentes policiales llevaron a Villar a las oficinas de la federación en las afueras de Madrid. Villar emergió de un vehículo de la Guardia Civil y entró al edificio escoltado por dos guardias a las 3.03 pm hora local.
Dos guardias armados vigilaban la entrada mientras el personal entraba y salía de la instalación, ubicada cerca de la cancha donde se entrena la selección nacional de fútbol en Las Rozas, en las afueras de Madrid.
Los otros dos detenidos eran Juan Padrón, vicepresidente de asuntos económicos de la RFEF y presidente de la Federación Tinerfeña de Fútbol, y el secretario general de esa asociación regional canaria. Los cuatro fueron acusados de administración desleal, apropiación indebida y falsificación de documentos, entre otros delitos.