Roger Federer jugó su peor partido del torneo, y de todas formas avanzó en tres sets a su 11ra final de Wimbledon. Parece que nada, ni nadie, puede detener a la inmortal leyenda suiza que busca su 19na corona de Grand Slam.
Cerca de cumplir los 36 años, Federer sumó otro capítulo a una temporada de renacimiento al derrotar el viernes por 7-6 (4), 7-6 (4), 6-4 a Tomas Berdych en las semifinales en el All England Club.
“Casi no puedo creer que esto sea cierto”, confesó.
Federer ha ganado todos los sets que disputó en el campeonato de este año, y aunque no estuvo impecable en la semifinal y cometió más errores que de costumbre, pudo ganar los puntos cruciales ante su oponente checo. El domingo, enfrentará por su octavo título de Wimbledon al croata Marin Cilic, el campeón del US Open de 2014 que avanzó a su primera final de Wimbledon con un triunfo 6-7 (6), 6-4, 7-6 (3), 7-5 sobre Sam Querrey.
Desde que empató a Pete Sampras y William Renshaw (quien jugó en el siglo 19) con su séptima corona de Wimbledon, Federer ha estado cerca de sumar su octavo trofeo, pero perdió ante Novak Djokovic en las finales de 2014 y 2015.
Ahora tendrá otra oportunidad, y podría convertirse en el hombre de mayor edad que gana el título de Wimbledon en la era de los Abiertos, que comenzó en 1968.