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Así fue la fría noche del viernes en que el mano a mano entre Octavio García “El Payo” y Joselito Adame, las dos primeras cartas fuertes de la baraja taurina nacional no han tenido tela de donde cortar, ni orejas de donde llevarse en la espuerta.
Un encierro parejo y bien presentado en carnes pero de comportamiento regular, alguno falto de fuerza, algún otro mansurreando, pero al final ambos toreros fueron empeñosos y trataron de agradar al respetable público que se dio cita para ver a alguno de sus ídolos salir en hombros, sin suerte alguna.
También es verdad que pudieron haber cortado alguna oreja y su fallo con los aceros les privaron de los trofeos tan esperados… Pero con ese ganado, habría que estar más que preparado mentalizado… Cuestión de actitud o aptitud, quizás un poco de ambas fueron necesarias además de falta de materia prima para que el público que estaba entregado a los toreros termina de engancharse por completo a una corrida que pintaba más allá de gran festejo para los seguidores de ambos toreros.
El primero de Adame sin transmisión, pero el aguascalentense intento por ambos pitones y comenzaba todo a calentarse, escucho palmas, a su segundo el único bravo del encierro Joselito fue capaz de envolverlo y escuchar al público entregarse, pero su fallo con los aceros le privo de orejas y el público respondió con silencio, al tercero que brindo al torero de casa, “El Payo”, le recibió con verónicas muy sentidas, le estructuro una faena de entrega pero lamentando pinchar nuevamente, su silencio fue una vez más claro por el público.
Por su parte “El Payo”, más reposado y más artista que en otro años, con cadencia y parsimonia realizo verónicas muy despacio, y coreadas por la gente que a su vez pedía más, toreo largo y profundo, la espada le jugo mala pasada y escucho palmas, a su segundo lo templo por verónicas brindo a la ganadera Laura de Villasante de “Carranco” y en la muleta el toro falto de fuerza caía varias veces y el payo aprovecho cada pase que tuvo, dejo tres cuartos de espada en la estocada y fue silenciado en su labor, a su tercero un toro que no tenía absolutamente nada, y muy falto de fuerza el payo lo pasaporto de manera rápida y regalo un toro, que le dejo estar y el queretano se entregó con raza torera y actitud, trato por ambos pitones y nuevamente el fallo con la espada le quito de las manos una posible oreja que se quedó puesta en la testuz del toro, recibió palmas.
Un festejo que para los entendidos, quedo a deber, dicen que uno pone, dios dispone y llega el toro y todo lo descompone… deseando que el próximo festejo los toros de Campo Real vengan con ese trapío y sobre todo la bravura para poder disfrutar el próximo 25 de diciembre, la tradicional corrida de navidad donde están anunciado el rejoneador Jorge Hernández en la despedida de Eulalio López Zotoluco, Alejandro Talavante y El Payo.
