Nada para nadie en el clásico del futbol mexicano

Ya pasados los nervios del sismo que se sintió en Guadalajara, cambiaron de propósito, ahora eran debido al futbol. En medio de un clima lluvioso pero caluroso, Chivas recibía al América, en el estadio del Rebaño, más allá de ser un Clásico, en donde se jugaba más que el orgullo, un pase a las semifinales, se veían las caras en la ida de los Cuartos de Final.

Flashback a la jornada 10 del campeonato regular, los mismos  22 jugadores que estuvieron en aquella noche, en donde el triunfo moral fue de Chivas, pero en el marcador favoreció a las Águilas por 2-1, saltaron para medirse en la Liguilla. Un Guadalajara enrachado positivamente con seis triunfos en sus últimos siete encuentros ante unos capitalinos con cuatro al hilo sin conocer el triunfo, era momento de la verdad.

A final de cuentas no quedaron a deber, pero el gol no llegó, hubo intentos, buenas jugadas individuales, disparos, atajadas, por lo que se fueron con un empate sin goles, nada para nadie y todo se definirá el domingo por la tarde en el estadio Azteca, en una vuelta en la que será vencer o morir.

EL PARTIDO

Como se debe jugar un partido de tal jerarquía, cuando se miden los más ganadores, los de mayor arrastre, los dos que tiene sobre si el mote de Campeonísimo, con intensidad y disputando cada balón como si de ello dependiera la vida.

Chivas se veía mejor de inicio, pisaban más el área azulcrema, mientras que los de Coapa, como águila cazando, esperaban para atacar al contragolpe a velocidad.

Los de casa apostaban al toque rápido para taladrar y meterse al área enemiga, quien más sensación de peligro daba era Isaac “Conejito” Brizuela, que se asociaba con el “Gullit” Peña, pero Hugo González se llevaba la noche con calma.

Se jugaba el minuto 17, Carlos Cisneros que le estaba comiendo el mandado a Paul Aguilar, se animó desde el corredor izquierdo y mandó un tiro-centro, que se fue cerrando, cerrando y ya iba a incrustarse en el ángulo, cuando un atento cancerbero americanista le metió la mano cuando el balón ya amenazaba con colarse.

Un minuto después, el “Rifle” Andrade encendió la mecha y casi desde propia área salió echo una bala recorriendo todo el campo, haciendo ver mal a los defensores rojiblancos que no le podían dar alcance, se animó y desde la media luna sacó el riflazo, abajo se recostó Cota con la de rutina para evitar el gol.

Cisneros comenzaba a ser un arma importante, literal se “trapeaba” una y otra a Paul que nada más le veía la sombra, sin embargo a la hora buena en sustos se quedaba.

Al 32 emergió la figura del portero chiva, Rodolfo Cota, Darwin Quintero se creó la propia, haciendo un sombrerito y sin pensarlo le pegó de aire, de esas que agarran chanfle y son complicadas, pero el cancerbero del Guadalajara voló y a una mano la mandó a tiro de esquina, ya era factor el oriundo de Mazatlán.

El juego se inclinó en favor de la visita hacía l recta final del primer tiempo, se comieron a Chivas, que ahora esperaba, así se fueron al descanso, con igualada sin goles.

El complemento inició movido, con los dos equipos con las ganas de ir por el gol de la ventaja. Al 52 el capitán del Rebaño, Carlos Salcido, rejuveneció y como en sus mejores tiempos, se animó en los linderos del área grande rival, hizo un recorte digno de un crack juvenil y sacó el fogonazo, que se fue abriendo y apenas salió rozando el poste.

Un minuto más tarde llegó la pronta respuesta americanista, Darwin Quintero fue a velocidad desbordando por el centro del campo, vio al “Rifle” Andrade y le sirvió, el cafetalero llegó con ventaja al área y ante la salida de Cota la quiso globear, pero le puso mucha fuerza y terminó por volarla.

Y la clásica del América no podía fallar, al minuto 59, el capitán de las Águilas perdió la cabeza y por doble amonestación se hizo expulsar, dejando a los suyos con uno menos en un momento precario.

Chivas era el obligado y pronto fueron a buscar el gol de la ventaja, al 66 vino un centro de Brizuela por izquierda en pelota parada, el “Chelo” Zaldívar la remató con toda la ventaja del mundo con la cabeza, el balón picó y se fue para afuera, desperdiciando una clara.

América nuevamente jugaba al contragolpe, otra vez fue Andrés Andrade quien explotó las piernas y salió disparado casi desde propio campo, recorrió hasta llegar a terreno enemigo, hizo el recorte entrando al área y sacó el tiro razo, abajo, donde duele, pero otra vez emergió la figura de Cota que se aventó y a una mano la desvió.

La intensidad no bajaba en ninguno de los dos y el esférico se peleaba con todo, tanto así que Ángel Zaldívar llegó a destiempo a un balón peleando con Paul Aguilar, y se barrió por atrás, riguroso el silbante apreció agresión y sin dudarlo sacó el cartón rojo, dejando en igualdad numérica a los dos conjuntos.

Hacía el final las acciones en las porterías eran menos, pues se disputaba con fuerza y hasta violencia en el medio campo, muchas faltas hacían que el encuentro estuviera cortado. No hubo para más se fueron con empate sin goles.