En noche fresca del viernes se dio con más de tres cuartos de entrada el festejo que se anunció con bombo y platillo para el regreso del torero sensación del momento, Andrés Roca Rey, quien llegó con el valor muy por alto, y ante los astados de San Pablo que no fueron fáciles, si un tanto pequeños pero con codicia que pedían el carnet, bien armados y sobre todo con ganas de embestir, algunos más con genio que bravura tornándose alguna más que peligroso.
Abrió plaza el joven rejoneador español Andrés Romero, quien no supo templar la embestida del toro y expuso abiertamente sus caballos ante el acoso del astado de San Pablo, una labor muy apresurada en la que no pudo lucir y pasó en silencio su presentación en esta bella plaza de Juriquilla.
El torero de Guanajuato, Diego Silveti abriendo el cartel de la lidia a pie, dio un inicio de arrebato lanceando bien a la verónica y en un vistoso quite variado, ya en la muleta a vio aseado y con ganas por un momento olvidándose de la gente y ensimismado en su propio toreo, gustándose y dejando al público con ganas de más y más, dejo un espadas o un poquito caído que le valió una oreja, la primera y única que cortaría en su lote.
A su segundo con el vapor agrado y dejo convencido al público que daría más peor con muleta sus tandas fueron aisladas sin terminar de ligar, su fallo con la espada le privó de trofeo, siendo silenciado.
En su tercero algo similar pero el toro que menos le dejo estar ya que nunca pido entenderle y nunca hubo estructura alguna, mató de estocada y descabello para nuevamente tener silencio por parte del respetable.
El de Perú, quien llegaba sin corte de orejas en su paso por sus anteriores presentaciones ha dejado muestra de mucho valor y garra torera, en ciertos momentos tener al público al filo del asiento esperando le fuera propiciada la cornada por su primero de San Pablo, al cual cuajo de inicio a fin, con capote se entregó en quite variado y en la muleta mostró valor y fondo ante un buen torito de San Pablo el cual cerró con manoletinas su faena para después con la espada rubricar el triunfo cortando dos orejas que fueron pitadas por el público.
A su segundo lo recibió de hinojos con largas cambiadas que comenzaron a calentar más el cotarro en la plaza, tomó la muleta y comenzó tanda una tras otra a templar el toro de manera que se entregó y más de cien muletazos pudo disfrutar el Peruano, ya con el público en ebullición cerro también con manoletinas muy ajustadas donde se respiraba peligro, mató de estocada certera para cortar nuevamente dos orejas a ley.
El sexto y último de su lote fue regresado por escasa presencia y salió otro en las mismas condiciones pero Roca Rey se vio rápido al seguir con su inicio de capote para salir d e inmediato los caballo y tomar la muleta, ya en los medios corto los murmullos con dos cambiados por la espalda de mucho valor pero poco duro el de San Pablo y ante la falta de fuerza el público se metía con el así entrando a matar para para finalizar pinchando ante los gritos del público, recibió silencio y salió en hombros como triunfador numérico.