Una vez más el toreo mundial se viste de luto, un jovencísimo torero de la comunidad de Sepúlveda, Segovia España, ha dejado roto el corazón y las lágrimas en cada uno de los taurinos quienes a travez de los medios hemos presenciado como un toro le ha partido el corazón atravesando su pecho de lado a lado.
Y es que los toros matan, los toros no perdonan… Así como los antitaurinos aberrantes e ignorantes que no han dejado momento de alegrarse por el fallecimiento del chico que dejó su vida en el ruedo ante los ojos desorbitados de los que habían asistido al festejo, así como de su propia esposa y padre, una tragedia lamentable para los taurinos dolientes que han pedido respeto por la pérdida de un hijo, un esposo, un sobrino, un amigo, un torero que solo hacía su trabajo y lo único que sabía, torear.
!!! Lamentable que en este siglo aún haya una demagogia por el valor de una vida humana y la de un animal, gente que se manifieste a favor de los abortos y en contra de la tauromaquia, que no es entendible… Que no !!!
Ese es otro tema, y este día solo queremos ofrecer en este espacio con mucho cariño y respeto unas palabras para ese chiquillo que solo buscaba la oportunidad de ser feliz, trabajar y sobresalir en lo que más le gustaba, ser torero.
Víctor Barrio natural de Sepúlveda, provincia de Segovia, ahí, donde hay unos arcos dobles muy parecidos a los nuestros… De ahí, de ese pueblo donde su padre panadero cumplió el sueño de verle torear en la plaza más importante del mundo y donde su esposa le gritó los oles más fuertes de la plaza. Esa viuda que hoy dormirá en la misma cama sin poder tocar una vez más el cuerpo de su compañero, ese vacío que dejó Víctor Barrio ha sido inmenso, para los que tuvimos la oportunidad de cruzar palabra una vez en la vida, en esta corta vida, los que conocimos su sonrisa y escuchamos sus voz serena ante lo difícil que estaba el panorama para los nuevos toreros, pero que con esa entereza seguía luchando cada día por obtener una nueva fecha para torear.
Y sin embargo su última fecha en la feria del Ángel en la comunidad de Teruel, fue su despedida cuando el toro Lorenzo de la ganadería de los Maños, el tercero de la tarde hacía por el con su pitón izquierdo para ahí en el piso hundirlo en su pecho atravesándole de lado a lado partiendo su corazón, verle inerte en el albero fue un claro presagio de que no volvería a levantarse, sus compañeros Curro Díaz y Morenito de Aranda en sus brazos llevaron su cuerpo aún tibio hasta le enfermería donde la médico de guardia intentando todo hasta donde su conocimiento le dio, no obtuvo respuesta ni con reanimación asistidas, había muerto, su alma había abandonado su cuerpo y Víctor Barrio se había convertido en el Ángel de la feria… Y así, una leyenda del toreo nació, después de el Yiyo, que hacía 31 años que un toro le matara de manera similar… desde esta redacción enviamos nuestro más sentido pésame a la esposa y familiares del torero, descanse en paz el alma taurina de Víctor Barrio.