Managua, 2 Dic (Notimex).- El régimen de Daniel Ortega en Nicaragua tomó represalias contra los familiares presos de quienes se declararon en huelga de hambre en la iglesia San Miguel Arcángel de Masaya, según un reportaje del diario La Prensa.
Familiares de personas detenidas en el Sistema Penitenciario Jorge Navarro, conocido como “La Modelo”, acusaron que las autoridades nicaragüenses tomaron represalias contra los presos, explica el rotativo.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) condenó los hechos, que calificó de tortura y abuso de poder, y demandó que se restablezca el respeto a la integridad física y psicológica de los presos amenazados.
Melkissedex López Ferrey fue aislado durante ocho días mientras su madre, Martha Alvarado, y su esposa, Luisa Guevara, protestaban con una huelga de hambre por su aprehensión.
“El día de la visita familiar mi hijo me contó que lo tuvieron aislado como represalia porque nosotras nos habíamos declarado en huelga de hambre, lo tuvieron ocho días solo en una de las celdas de la galería seis”, acusó la madre.
Alvarado aseguró que durante su aislamiento el preso perdió peso y se enfermó de la piel. El amedrentamiento comenzó 24 horas después de que las manifestantes dieran por iniciada la huelga de hambre.
Además de López, Marco Antonio Campos también fue aislado durante siete horas en la celda de castigo conocida como la 300, denunció la coordinadora de la Asociación de Familiares de Presos Políticos, Diana Lacayo. Desde el 30 de octubre sus familiares señalaron que Campos ha estado defecando y orinando sangre.
“Marcos sigue mal de salud y le hacen eso en represalia porque nosotras las madres decidimos hacer huelga de hambre. Si le llega a pasar algo a cualquiera de nuestros presos será culpa de los directores del penal y de este régimen”, dijo Lacayo, quien es madre del preso político Scannierth Merlo Lacayo.
Arnulfo López, abogado de Campos, aseguró que su representado sigue aislado desde hace 15 días, además de señalar que el penal viola sus propios reglamentos al incurrir en estas prácticas de amedrentamiento.
Martha Alvarado, madre de Melkissedex, declaró que las intimidaciones contra sus hijos no las van a hacer abandonar la lucha por su libertad, por lo que seguirán en las calles.
“Mi hijo me pidió que deje de hacer este tipo de acciones porque me pueden matar o encarcelar, me dice que me quiere encontrar cuando salga de la cárcel, pero ninguna de las madres va a dejar la calle hasta que nos liberen a nuestros hijos. Yo no me puedo quedar quieta si mi hijo está encerrado injustamente”, expresó.
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