La administración del presidente Donald Trump informó que por lo menos la mitad de los niños migrantes, menores de cinco años, que fueron separados de sus padres en la frontera, han sido ya devueltos a sus familia, aunque el resto permanecerá bajo la custodia del gobierno por tiempo indefinido.
El anuncio conjunto de las secretarías de Seguridad Interna (DHS), Salud (HHS) y el Departamento de Justicia (DOJ) señala que 57 de los 103 niños se encontraban desde la víspera al lado de sus padres, mientras que en el caso de los otros 46, diversas cortes de migración determinaron no devolverlos ya que según los criterios aprobados por las cortes, sus familiares no son elegibles o no tienen parentesco con la persona que los reclamó.
De los que aún no han podido ser devueltos, 22 no son elegibles debido a preocupaciones de seguridad planteadas por los adultos en cuestión, 11 de los cuales tienen antecedentes penales graves, incluidos crueldad infantil, secuestro, asesinato y tráfico de personas, o violencia doméstica.
En el caso de siete adultos, los autoridades determinaron que quienes acompañaban a los menores cuando fueron separados no son sus padres; uno presentó un certiicado de nacimiento falso y otro supuestamente abusó del niño.
Uno más planeó alojar al niño con un adulto acusado de abuso infantil y otro más está siendo tratado por una enfermedad contagiosa.
En los 24 casos restantes, la reunificación fue imposible debido a que los padres de 12 fueron ya deportados, otros nueve se encuentran bajo custodia del Servicio de Alguaciles por diversas faltas, dos están en cárceles estatales por otros delitos y otro no ha podido ser ubicado desde hace más de un año.
La detención de niños migrantes es un gran negocio en Estados Unidos que asciende a mil millones de dólares anuales, 10 veces más de lo que era una década atrás, de acuerdo con un análisis de la AP.
Los fondos cedidos por el Departamento de Salud y Asistencia Social para alojamiento, acogida temporal y otros servicios para niños separados de sus familias o llegados sin acompañante aumentaron de 74.5 millones de dólares en 2007 a 958 millones en 2017.