WASHINGTON (AP) — La campaña de “presión máxima” del presidente Donald Trump contra Irán se encuentra en una encrucijada cuyo plazo se cumple el jueves: decidir si cancelará o no uno de los últimos componentes restantes del acuerdo nuclear internacional de 2015.
El gobierno de Trump deberá decidir si extiende las exenciones de sanciones a las compañías extranjeras que trabajan en el programa nuclear civil de Irán, como lo permite el acuerdo, o las cancela.
Poner fin a las exenciones sería el siguiente paso lógico en la campaña de Trump _y así lo favorecen los aliados de Trump en el Congreso, que apoyan una posición dura contra Irán_, pero ello podría aumentar aún más las tensiones con Irán y con algunos aliados europeos.
Dos funcionarios estadounidenses, que hablaron con la condición de no ser identificados para poder hablar de las deliberaciones internas, dijeron que es probable que el gobierno de Trump mantenga las exenciones a flote, pero de manera temporal.
El simple hecho de que el gobierno esté dividido sobre el tema _ya ha aplazado dos veces un anuncio, según los funcionarios_ es la última de una serie de señales confusas que Trump ha enviado a Irán, causando confusión entre los partidarios y los detractores del presidente en cuanto a lo que espera lograr en el enfrentamiento con la República Islámica.
Algunos temen que los mensajes contradictorios puedan desencadenar un conflicto abierto en medio de una acumulación de fuerzas militares estadounidenses en la región del Golfo Pérsico.
“Siempre es un problema el carecer de una política coherente, porque se es vulnerable a la manipulación y los mensajes contradictorios han creado el ambiente para un peligroso error de cálculo”, advirtió Karim Sadjadpour, un experto en Irán de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. “Trump ha provocado simultáneamente un ciclo de escalada con Irán al mismo tiempo que le deja claro a Irán que es reacio al conflicto”, agregó.
El año pasado, Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo de 2015 que Irán firmó con Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia. El acuerdo levantó las sanciones económicas a cambio de imponer límites al programa nuclear iraní. Los críticos en Estados Unidos consideraron que no sería suficiente para frustrar los intentos iraníes para desarrollar armas nucleares y que permitiría a Irán reconstruir su economía y continuar financiando milicianos en todo el Medio Oriente.
Trump, que lo llamó “el peor acuerdo de la historia”, comenzó a restablecer las sanciones, y ha buscado atacar la economía iraní, ya de por sí débil.
Irán respondió rebasando los límites impuestos a sus reservas de uranio poco enriquecido y anunciando planes de enriquecer uranio por encima de los niveles permitidos en el acuerdo. Irán también ha tomado medidas cada vez más agresivas contra los barcos que circulan por el Golfo, como la captura de un barco británico y el derribo de un dron estadounidense.
En algún momento antes del jueves, el gobierno de Estados Unidos tendrá que cancelar o ampliar las exenciones que permiten a las empresas europeas, rusas y chinas trabajar en las instalaciones nucleares civiles de Irán. Los funcionarios familiarizados con las llamadas “exenciones a la cooperación nuclear civil” dicen que en principio se ha tomado la decisión de dejar que caduquen, pero que es probable que se prorroguen por 90 días más para dar tiempo a las empresas a cerrar sus operaciones en Irán.