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La contaminación era tanta, que no se podía ver siquiera que se encontraba enfrente de ti, incluso aunque estuvieras a menos de unos metros de distancia”, asegura la joven pekinés Bai Yihe, quien al igual que el resto de la población, ha emprendido una “batalla por un cielo azul” en la capital china.
Y es que, cuando la densidad de la contaminación ha alcanzado su peor nivel, el aire se vuelve pesado y muchas actividades al aire libre se han tenido que cancelar, e incluso hubo días en que el cielo se volvió amarillo, recordó.
Cuando la ciudad alcanzó niveles de alto riesgo para la salud, la población demandó soluciones, señaló la egresada de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing. “Los ciudadanos valoran y cuidan mucho su salud, cuando la contaminación se puso grave, demandaron al gobierno cambios”.
Esta demanda fue integrada en el Plan Quinquenal 11, 12 y 13, el proyecto de cinco años donde se establecen los objetivos que trabajarán los diferentes niveles de gobierno, dijo a Notimex el egresado del doctorado en Economía y Política Ambiental de la Universidad de Pekín, Peter Mauricio Larrea Parra.
Pero fue hasta el Plan 13 (2015 al 2020) cuando el tema toma mayor importancia y se declara la “guerra contra la contaminación”, con iniciativas para fortalecer y mejorar las acciones que se han tomado desde hace 15 años, para contrarrestar los efectos negativos de la contaminación sobre el aire, agua y tierra.
Esta lucha se caracteriza por impulsar un medio ambiente limpio, sin detener el crecimiento económico y debido a la importancia de los proyectos que emanados de esta lucha, el terma ya se discute durante los congresos nacionales del Comité del Partido Comunista en China.
Así, en nombre de esta batalla se han generado políticas que integran una visión ecológica, y que forman parte también de la vía económica de la Franja y la Ruta, mediante un “plan de reforma para promover un progreso ecológico”.
Con ello, el tema ecológico forma parte de las cinco áreas de crecimiento en las cuales el gobierno chino se enfoca, junto con el avance económico, político, cultural y social.
Entre las acciones que se mencionan está la reducción de gases de efecto invernadero, protección a los diferentes ecosistemas del país, descentralizar las empresas, y concientizar y promover instituciones, negocios y productos bajo un estilo de vida amigable al medio ambiente.
A esto se suma el fomentar investigaciones y desarrollo de técnicas y tecnologías para erradicar la contaminación en diferentes áreas naturales, y sustituir aquellos procesos de desarrollo de energía, de producción, de transporte, entre otros, que en la actualidad producen algún daño al medio ambiente.
Larrea Parra destacó en ese sentido que las propuestas que se mencionaron desde el Plan Quinquenal 11 hasta el más reciente, se han cumplido en un 95 por ciento, y si bien la situación ha mejorado de manera significativa, la emisión de gases de efecto invernadero sigue siendo el problema principal de China.
Resaltó que uno de los planes con mejor resultado, es el de traslado de plantas de producción de energía ubicadas en las ciudades más importantes de China, como Beijing y Shanghai, a ciudades secundarias.
De igual manera, reconoció el proyecto de cambio del uso de carbon por gas natural, pues esto ha permitido reducir las emisiones de dióxido de carbono de manera significativa en las grandes metrópolis chinas.
Destacó también las acciones del gobierno para concientizar a la población sobre los riesgos que hay durante los días donde la contaminación es alta, y que incluso la gente usó máscaras para protegerse en aquellos días en que la contaminación alcanzó niveles graves.
Bai Yihe coincide en que desde hace más de diez años no ha ocurrido un episodio grave de contaminación pues hay un compromiso de los habitantes por hacer de Beijing, “una ciudad limpia y ecológica”.