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Grecia, entre guerras antiguas y modernas

Por Ingrid Sánchez

Atenas, 20 Feb (Notimex).- En cuanto alguien menciona “Grecia” invariablemente vienen a la mente los nombres de filósofos como Sócrates, Aristóteles y Platón, o escritores como Sófocles y Esquilo.

La imaginación dibuja a un temperamental y caprichoso Zeus que, como todos los dioses griegos, no era el ejemplo de perfección, sino la exaltación de las propias pasiones humanas.

Atenas es la ciudad que parece seguir siendo dominada y vigilada desde la alta colina en la que se encuentra el Partenón y donde la voluptuosidad de las antiguas estatuas se mezcla con los olores de la ciudad: un poquito de mar, aire fresco, aceite de oliva y hasta yogurt… sí, el famoso yogurt griego, que no sabe en lo absoluto como el que conocemos, pero que se sirve en todos lados.

También la tragedia antigua tiene su reflejo en las modernas desdichas de un país que ha atravesado una de las peores crisis de la Unión Europea en los últimos años. Entre 2010 y 2015, en varias ciudades de la cuna de la filosofía hubo un levantamiento masivo de las clases medias y empobrecidas.

“Duró varios años y hubo mucha gente que participó en las manifestaciones en las calles, había trabajadores, sindicatos, gente normal que decía ‘No queremos más pobreza’ gente de izquierda, anarquistas y comunistas que estaban en contra de las políticas del gobierno, porque Syriza es un partido reformista que la burguesía usa para para hacer mejor su trabajo”, explica Konstantina Kartsioti.

Sin embargo, ahora se respira tranquilidad en el país … demasiada tranquilidad.

La suspicacia tiene base material: en lugares como Exarchia, famoso barrio ateniense por ser área de influencia de grupos comunistas y anarquistas, y en donde la lucha política consiste en tratar de expulsar a grupos de venta de drogas, las paredes han perdido el característico color arena que tienen todos los edificios en la ciudad debido a las pintas, carteles, mantas y demostraciones de que, para algunos atenienses, una nueva revuelta se acerca.

Y puede que no sólo protagonizada por griegos; el país helénico tiene un problema, común a toda la Europa sureña, con los migrantes: llegan más de los que pueden recibir.

Por ello, también el turista se puede encontrar con manifestaciones de otras nacionalidades, como la realizada por un grupo de turcos el pasado 14 de febrero frente a la embajada de su país, exigiendo que Erdogan (presidente de Turquía) cese su política de reprimir a los disidentes.

Parece que algo se cocina en los estratos más bajos. “El pueblo tiene cada vez más y más y más hambre, en el día a día de los más pobres, el hambre crece”, explica Sofía Penteridou, quien estuvo dispuesta a platicar con Notimex durante la manifestación de los turcos.

Y así, mientras los medios difunden la imagen de Grecia como un país que logró recuperarse exitosamente de la crisis, los atenienses miran con recelo a las grandes tiendas extranjeras que rodean una vieja mezquita del Siglo XV, en el centro de Atenas.

En donde hace unos años había enfrentamientos, movilizaciones y gases lacrimógenos, ahora hay tiendas de Zara, H&M, y ofertas por el fin del invierno.

“¿Crees que volverá a haber un nuevo levantamiento en Grecia?”, le preguntamos directamente a Sofía. “No hay duda”, contestó.

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NTX/ISP/JGM