La policía danesa encontró la cabeza y las piernas de la periodista sueca Kim Wall, desaparecida el pasado 11 de agosto después de embarcar en un submarino artesanal propiedad de Peter Madsen. Los restos de la reportera de treinta años se hallaron en la bahía de Koge, al sur de Copenhague.
Por un lado, había una bolsa con la ropa de Wall y un cuchillo y, por otro, la cabeza y las piernas con trozos de metal en su interior. El torso apareció flotando en el Báltico a finales de agosto.
El propietario del submarino Nautilus, Madsen de 46 años, se encuentra en prisión preventiva acusado de homicidio y trato indecente del cadáver. Él niega los hechos y alega que Wall tuvo un accidente y que, preso del pánico, arrojó su cuerpo al mar. Sin embargo, en el disco duro de su taller se han encontrado vídeos de mujeres torturadas de forma real. Madsen fue rescatado el mismo día de la tragedia en el estrecho de Öresund, entre Dinamarca y Suecia, cuando su submarino se hallaba a la deriva. Algo que las autoridades danesas consideran que hizo a propósito para buscar una coartada.
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