El expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, fue condenado hoy a nueve años y seis meses de prisión por corrupción y lavado de dinero, una sentencia que en caso de ser confirmada en segunda instancia, lo dejará fuera de la carrera presidencial en los comicios de 2018.
El juez Sergio Moro, considerado por parte de la sociedad brasileña como un ‘héroe’ nacional que pretende acabar con la corrupción política por su labor en la Operación Lava Jato, acusó a Lula da Silva de beneficiarse de dinero desviado de la estatal Petrobras por medio de la compra y reforma de un departamento de tres plantas en la estación balnearia de Guaruja, en el litoral de Sao Paulo.
Luis Inacio Lula da Silva, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, y lidera las encuestas para una eventual elección presidencial en 2018, puede recurrir al Tribunal Regional Federal, la segunda instancia, pero sí su pena es confirmada quedaría fuera de la carrera electoral y debería entrar en prisión.
La ley en Brasil –denominada Ficha Limpia-, impide que cargos electos ejecutivos sean disputados por condenados en segunda instancia en casos, por ejemplo, de corrupción.
El exlíder sindical niega desde hace meses todas las acusaciones y asegura que es objeto de una persecución judicial infundada por parte de Moro para impedirle presentarse a las elecciones presidenciales de 2018.