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Un grupo de obispos venezolanos comenzó una visita a El Vaticano para reunirse con el Papa Francisco y presentarle un diagnóstico sobre la situación en su país.
La iniciativa, en la que participan unos 40 clérigos de todas las circunscripciones eclesiásticas de Venezuela, inició con una misa en la Basílica de San Pedro, presidida por José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo.
En el sermón, el también presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) instó a “abrirse a la esperanza” y a “no sucumbir ante la contingencia histórica, por más destructiva que sea”, refiriéndose a la situación en su país.
A sus colegas obispos los invitó a “pastorear libremente”, “con sinceridad y testimonio de vida” a los fieles católicos de una Venezuela a la cual les toca servir “a pesar de los sufrimientos e incomprensiones”.
Al mismo tiempo, Azuaje hizo referencia a los ataques que en las últimas semanas ha recibido el Papa Francisco en el contexto de la crisis por los abusos sexuales y exclamó que existen quienes “quieren hacer tambalear” la “roca firme” de Pedro, pero “se olvidan que Cristo le ha dado las llaves del reino de los cielos”.
“Para nosotros, en nuestro país, ser testigo de la verdad y del amor, al proclamar la libertad y la dignidad humana como centro de la vida de un pueblo, al trabajar por la humanización y respeto de los derechos humanos, nos tocara una mayor cuota de sufrimiento e incomprensiones, calumnias y peligros”, añadió.
Los obispos venezolanos fueron recibidos en la Congregación para la Educación Católica, en el Instituto para las obras de Religión y en la Pontificia Comisión para América Latina.
Sus reuniones en Roma se extenderán hasta el próximo 15 de septiembre, para el martes 11 está prevista una audiencia privada con el Papa Francisco.
