Por Delphine Schrank
19 oct (Reuters) – El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, resultó salpicado en el juicio de su hermano después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos concluyó que la evidencia mostraba que narcotraficantes habían sobornado al mandatario y su partido.
Un jurado estadounidense declaró el viernes al hermano del presidente Hernández, Juan Antonio “Tony” Hernández, culpable de conspirar para importar cocaína, posesión de armas y mentir a las autoridades.
Los fiscales estadounidenses no acusaron al mandatario, pero el Departamento de Justicia dijo en un comunicado después del veredicto que, como candidato y luego como presidente, Hernández recibió dinero del narcotráfico para sus campañas electorales, incluyendo del capo de la droga mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Analistas aseguran que el veredicto ha debilitado al presidente, quien se ha enfrentado a protestas callejeras que exigen su destitución desde que juró un segundo mandato en enero de 2018 en medio de acusaciones de fraude.
El líder centroamericano ahora puede contar con un apoyo cada vez menor en casa, donde la prensa local cubrió con avidez el juicio que se extendió por dos semanas.
También puede volverse más dependiente del apoyo del gobierno estadounidense. Elogiado durante mucho tiempo como un aliado clave de Estados Unidos en la guerra contra las drogas, bajo el presidente Donald Trump enfrentó una intensa presión para asociarse en sus esfuerzos para frenar el flujo migratorio.
El Departamento de Estado de Estados Unidos declinó hacer comentarios.
Testigos en el juicio sostuvieron que el presidente Hernández se comprometió a proteger a su hermano de la extradición y pidió sobornos a alcaldes en Copán, un departamento fronterizo con Guatemala y una notoria puerta de entrada para el tráfico de cocaína, para asegurar el poder para él y el gobernante Partido Nacional.
Hernández, quien asumió el cargo en 2014, ha negado repetidamente las acusaciones, diciendo que fueron fabricadas por delincuentes empeñados en vengarse por sus esfuerzos contra el crimen organizado.
“Reafirmo que es falso que he recibido o aceptado dinero de estos delincuentes. Reitero mi rechazo total en nombre de todo el pueblo hondureño, al señalamiento que nuestro país es un narcoestado”, dijo en un discurso el jueves.
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“MUY COMPLICADO”
Luis Zelaya, presidente del opositor Partido Liberal, dijo a periodistas que la agrupación política exigiría que Hernández deje el poder para ser reemplazado por un gobierno de transición.
“Él debe salir del poder, ya no es una sospecha él está involucrado en narcotráfico”, dijo Zelaya. “El tiene que ser acusado”.
Es probable que Hernández enfrente unos difíciles próximos dos años en el cargo “porque su legitimidad es cuestionada cada vez más”, dijo Kurt Ver Beek, cofundador de la organización de la sociedad civil Association for a More Just Society, con sede en Honduras.
“Probablemente a su favor esté que la oposición también es muy débil y está dividida”, dijo. Sin embargo, agregó que ayudó que hubiera pocas evidencias físicas de que Hernández sea culpable.
“Si en este juicio salieran con evidencia clara -por ejemplo, audios, videos o imágenes de Juan Orlando tomando dinero de narcotraficantes-, probablemente habría significado el fin de su administración”, dijo Ver Beek.
Hernández a menudo señala que bajo su administración, la tasa de homicidios del país se redujo a la mitad en cinco años, a 40 personas por cada 100,000 habitantes, después de que alcanzara su punto máximo en 2012 como el más alto del mundo fuera de una zona de guerra.
El presidente cooperó en extradiciones, purgó una fuerza policial corrupta y reforzó a los fiscales e incluso invitó a un cuerpo anticorrupción clave patrocinado por la OEA, medidas que ayudaron a acelerar el juicio de su hermano menor.
Con la disminución de la posición de Hernández incluso dentro de su propio partido, el apoyo de la administración Trump es aún más crucial, dijo un exfuncionario estadounidense.
“Porque sin eso creo que él piensa y mucha gente en Honduras piensa que podría haber terminado para él”, agregó el funcionario.
EL Gobierno de Trump en junio recortó la ayuda que las administraciones anteriores de Estados Unidos habían brindado para ayudar a frenar las causas fundamentales de la migración.
El miércoles, la administración Trump anunció que se reanudaría después de que Honduras, junto con El Salvador y Guatemala, llegaran a acuerdos de migración con Estados Unidos.
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(Traducido por Noé Torres)