El director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Mike Dubke, renunció a su cargo en medio de la tormenta política provocada por las revelaciones en torno al yerno del presidente estadunidense Donald Trump y especulaciones sobre reacomodos en el equipo presidencial de comunicación.
Dubke confirmó su separación del cargo en entrevistas por separado con la televisora CNN y el diario POLÍTICO, y reveló que desde el pasado 18 de mayo presentó su carta de dimisión al presidente, pero ofreció permanecer en su función hasta después del viaje internacional del mandatario.
“Ha sido un privilegio servir a este presidente”, dijo Dubke en una entrevista telefónica con CNN, caracterizando como “buena” la conversación que tuvo con el mandatario el día que le comunicó su decisión de salir de la Casa Blanca.
De acuerdo con POLÍTICO, Dubke informó a sus amigos que las razones de su partida “son personales”, y calificó como “un gran honor” haber servido para la administración Trump.
En tono de broma, Dubke dijo al diario estar sorprendido de que en una Casa Blanca donde las filtraciones a la prensa han sido cosa cotidiana, la noticia de su renuncia tomó 21 días para que trascendiera a la esfera pública.
Citando fuentes oficiales, CNN indicó que la Casa Blanca no ha establecido una fecha exacta para la salida de Dubke y que el cargo permanecerá vacante por un tiempo mientras Trump considera reorganizar todo el equipo de comunicación.
Dubke fundó la empresa de publicidad Crossroads Media basada en Alexandria, Virginia, y se unió a la administración en febrero pasado, por recomendación del vocero presidencial Sean Spicer, quien -se ha especulado- podría ser reemplazado en el cargo.
POLÍTICO dijo que se espera que Spicer asuma un papel público más reducido, aunque continuará al frente de la conferencia de prensa habitual, que algunos de los simpatizantes del mandatario han sugerido debería de ser cancelada.
El diario reveló que Trump ha estado en conversaciones con su ex gerente de campaña Corey Lewandowski y con David Bossie, quien fuera el número dos de la campaña, sobre la posibilidad que se incorporen al equipo de la Casa Blanca.
La idea, de acuerdo al diario, es que ambos ayuden al manejo del mensaje frente a crisis como la controversia en torno a Jared Kushner, y las investigaciones sobre la posible colusión de funcionarios de la campaña con funcionarios rusos.