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El drama se desató en Río de Janeiro, Brasil, después de que un hombre tomara como rehenes a los pasajeros que viajaban en un autobús.
El desenlace fue fatal para el sujeto, quien fue abatido de un tiro certero que un francotirador de la policía brasileña disparó desde el exterior.
El secuestrador, quien mantuvo por varias horas a los rehenes en el autobús, portaba una pistola de juguete pero también un cuchillo y un galón de gasolina.
Las amenazas que profería giraban en torno a que incendiaría el transporte con todo y los pasajeros adentro. En cierto momento, liberó a cuatro mujeres y dos hombres.
Cuando el secuestrador bajó por un momento del autobús, el cual se encontraba en el puentre Río-Niteroi, el francotirador aprovechó para disparar.
Aún no quedan claras las intenciones del sujeto quien, sólo como advertencia, lanzó al exterior un objeto repleto en llamas desde el interior del camión para ratificar sus amenazas.
