El campus Amealco de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se posiciona a la vanguardia al convertirse en el primer espacio universitario en toda la entidad que ya no será abastecido por la red de agua potable municipal, pues cuenta con el Sistema Autosuficiente de Agua diseñado e implementado por investigadores de la Facultad de Ingeniería (FI) y financiado por la convocatoria de Productos 100% UAQ.
El doctor Aurelio Domínguez González, director de la FI, realizó el cierre simbólico de la llave de la red municipal e inauguró la puesta en marcha del sistema basado en la captación de agua de lluvia mediante un bordo con capacidad de 10 mil metros cúbicos y siete cisternas, tres de ellas construidas a base de ferrocemento, que en su conjunto pueden almacenar alrededor de 5.5 millones de litros del líquido.
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“La universidad hace una importante labor social y se debería pensar en cómo apoyarla en sus recursos económicos. “La UAQ tiene el compromiso social de trabajar en cada una de sus áreas para lograr disminuir el consumo de agua, lo que representa el cuidado de los recursos naturales que usamos a diario”, señaló.
En sus 12 años de vida, el campus Amealco había tenido problemas recurrentes con el suministro proveniente de la red municipal, señaló la maestra Rosalía Alonso Chombo, coordinadora general de ese espacio, quien aseveró que la demanda mensual de este líquido es de 80 metros cúbicos en los espacios académicos y de hasta 250 en los invernaderos de producción.
Por lo que dicha alternativa beneficiará a los 350 alumnos que conforman el campus, repartidos en cuatro facultades como Ingeniería, Contaduría y Administración, Derecho y Ciencias Políticas y Sociales. Además de los que cursan el bachillerato semiescolarizado.
“Tener nuestra propia fuente de servicio de agua nos coloca en una situación de ventaja”, expresó. De acuerdo con el maestro Luciano Ávila Juárez, coordinador de la Facultad de Ingeniería en el campus, explicó que en el municipio de Amealco la precipitación pluvial es de aproximadamente 800 milímetros de agua, es decir, 800 litros por metro cuadrado al año, por lo que el propósito es aprovechar dichas condiciones.
El bordo cuenta con una membrana a cielo abierto que impide que el agua se filtre en el suelo.
La lluvia también es captada a través de los techos de los invernaderos para ser canalizada a las tres cisternas de ferrocemento con capacidad para almacenar 27 mil litros cada una. Mientras que las cisternas restantes tienen capacidad para 42 mil litros, 100 mil, 160 mil y 350 mil.
El líquido almacenado recibe un tratamiento con el fin de poder bombearse de manera automática para satisfacer la demanda, primero de los espacios académicos y, posteriormente, para los invernaderos.
Una de las ventajas, detalló el maestro Ávila Juárez, es que este tipo de lluvia está libre de los contaminantes al no haber industrias o fábricas en la cercanía.
No obstante, para garantizar la purificación del recurso hídrico para su uso y consumo, investigadores del área de nanotecnología desarrollan filtros que utilizan óxido de hierro para remover el arsénico, además de que se llevan a cabo pruebas clínicas y bacteriológicas del agua.
Por su parte, Manuel Toledano Ayala, jefe de la División de Investigación y Posgrado de la Facultad de Ingeniería, destacó que el proyecto es fruto de la convocatoria para la obtención de Productos 100% UAQ, para investigación que pueda resolver problemáticas reales.