El Hospital General del Estado de Querétaro fue construido hace más de 50 años para una población queretana de aproximadamente 400 mil personas, sin embargo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el 2015 dicha población ya superaba los dos millones de habitantes, lo que deriva en un déficit operativo en esta institución.
En la carencia hospitalaria también influyó la implementación del Seguro Popular a partir del año 2004, que originalmente se contempló para personas de bajos recursos y sin prestaciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), sin embargo, al ser abierto a la población comenzó a inscribirse gente que tenía incluso seguro de gastos médicos.
Cabe destacar que el Hospital General también atiende personas provenientes de estados como Guanajuato, Michoacán, Estado de México, San Luis Potosí, así como a la gente que va de paso por la ciudad, quienes representan el 8 por ciento de las atenciones, señaló el secretario de Salud en el Estado, Alfredo Gobera Farro.
Todo ello deriva en una carencia de personal, pues de acuerdo una fuente interna del Hospital: “Esto es secuencial, hay ocasiones en que quitan dos camilleros o hay personas de contrato que se les termina, entonces la plantilla que se necesitaba, por ejemplo cinco o seis enfermeras para terapia intensiva, ya solo hay cuatro”, indicó, al tiempo en que señaló que por carencia de personal de enfermería, el existente debe cubrir turnos dobles.
También existe un déficit de equipamiento: “hay ocasiones en que hemos tenido que poner pacientes en cartones porque no tenemos (camas), no le negamos el servicio, pero sí le decimos que lo único que le podemos ofrecer son unos cartoncitos y los atendemos. Se tiene que documentar que se le informó al paciente que no contamos con recursos y que lo vamos a tener que depositar en el suelo y que firme que él lo autorizó”.
En un hospital y sobre todo en el servicio de urgencias, por normatividad no debe haber pacientes en sillas de rueda, sin embargo, refiere la fuente, el hospital ha llegado a tener a 54 pacientes en estas condiciones por la falta de camillas, situación por la que incluso a veces hay cuatro o cinco ambulancias con pacientes que esperan hasta cuatro horas para ser instalados, lo que ha provocado roces entre el personal hospitalario y los encargados de las ambulancias.
A falta de espacios, estos se han tenido que adecuar, por ejemplo, habiendo dos cubículos de choque para pacientes de gravedad, uno de ellos tuvo que ajustarse como cuarto de hospitalización donde internan hasta tres pacientes. La fuente refiere que en ocasiones la fila de camillas con pacientes ha salido del área de emergencias y llegado al área de comedor.
En una visita hecha al hospital, Capital Querétaro logró comprobar la presencia de pacientes en sillas de ruedas mientras esperaban ser atendidos en el área de urgencias. Es de resaltar que parte del equipo con el que actualmente trabaja el hospital, se encuentra en malas condiciones, lo que genera complicaciones en la atención de los pacientes. La infraestructura del Hospital también requiere una urgente rehabilitación.
La presión por la falta de personal, equipamiento e incluso medicamento, ha representado un peligro también para el personal hospitalario, pues deriva en comportamientos de agresión por parte de los usuarios: “Están los agradecidos, los molesto y los ‘encamionados’. Nos han llegado a agredir verbal o físicamente y amenazado, hasta pistola nos han llegado a sacar. Sí se molestan, le damos el informe y le decimos: no contamos con esto, si nos puede hacer el favor de conseguirlo; y sí llegan a molestarse y a decirnos de cosas, pero no es por nosotros”.
De acuerdo con datos proporcionados a este medio, el Hospital informa de sus carencias a la Secretaría de Salud, órgano del cual depende el nosocomio, sin embargo, las solicitudes no siempre son atendidas, debido a la insuficiencia presupuestaria: “Está el otorrinolaringólogo que necesita una lámpara frontal para operar, él no puede ver con las luces de los quirófano porque él ve al interior de la nariz, por ejemplo. Ha de costar 25 o 30 mil pesos, yo creo lleva pidiéndola un año y no puede operar porque no está la lámpara. La verdad es que son escritos y escritos y escritos y no nos resuelven nada”.
En entrevista, el secretario de Salud estatal admitió que el Hospital está en su más alta capacidad prácticamente todos los días, aunque han tratado de hacer más eficiente el servicio rediciendo los días de estancia de sus pacientes, así como los tiempos en los procedimientos quirúrgicos, lo que deriva en menos días de espera en esta atención.