Pioneros en México e innovadores en el mundo con prácticas de cirugía fetal, el grupo de especialistas del Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro ha salvado la vida de más de 300 menores que durante su gestación padecieron alguna enfermedad letal.
Desde hace cuatro años, el grupo conformado por expertos en medicina y cirugía fetal ha innovado en las intervenciones que, además de México, se realizan en España, Estados Unidos y Brasil, a bebés que en el vientre materno padecían alguna enfermedad.
En entrevista, el especialista en medicina y cirugía fetal y pionero en la introducción de esta técnica en el país, Rogelio Cruz Martínez, dijo que gracias al apoyo de instituciones públicas y privadas se realizan de manera gratuita operaciones a bebés de familias de escasos recursos.
El también responsable de la Unidad de Cirugía Fetal del Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro expresó que los procedimientos de la cirugía fetal son tratamientos de mínima invasión para la madre.
Resaltó que estas intervenciones, en la mayoría de los casos, se llevan a cabo con anestesia local, en donde se realizan incisiones de menos de medio centímetro en el abdomen de la mamá para introducir agujas de dos a cuatro milímetros de diámetro.
Algunas de las afecciones que se pueden tratar con cirugía desde las 15 semanas o desde el momento en que se detecta la enfermedad son anemia fetal, cardiopatías, masas pulmonares, hernia diafragmática congénita y gemelos monocoriales (gemelos que comparten la placenta).
Así como corrección de mielomeningocele (defectos de la columna vertebral), hidrotórax, destrucción de bandas amnióticas, atresia laríngea o bronquial y ablación láser tumoral.
No obstante, indicó que anomalías genéticas como la que provoca el Síndrome de Down, no pueden ser asistidas con esta intervención.
“Con enfermedades genéticas aún no podemos interferir en su desarrollo, lo que sí podemos hacer es descubrirlas en un feto con estudios de la estructura del DNA”, aseveró.
Uno de los problemas que más han detectado en el país, explicó Cruz Martínez, son las afectaciones pulmonares.
“Un tumor que puede ocurrir en vida fetal es el llamado tumor de secuestro broncopulmonar. Este va creciendo dentro del tórax ocupando un lugar que no le toca y comprimiendo los pulmones y desviándolos hacía el otro lado”, comentó.
“Cuando el tumor crece mucho puede ocasionar un paro cardiaco y provocar que el bebé pierda la vida; diagnosticado a tiempo se puede hacer una intervención de cirugía fetal para destruirlo desde fuera y esto se hace porque el tumor se nutre desde una artería que va directamente al corazón”, dijo.
Por lo cual la intervención se realiza con láser mediante una aguja que entra con anestesia local a la mamá y a través del tórax del bebé hasta el tumor “y esa aguja va a destruir la circulación sanguínea hacia el tumor lo que va a provocar que se vaya encogiendo y desapareciendo”, explicó.
Ante esto, el experto afirmó que en la mayoría de estos casos los bebés nacen con un pedazo de tumor pero con los pulmones desarrollados y con el corazón en su sitio.
“Después del nacimiento se termina resolviendo de forma espontánea el desarrollo tumoral y son niños que evitan una muerte intrauterina y tener un problema respiratorio al nacer y además una cirugía después del nacimiento”, expresó.
En el grupo de especialistas mexicanos, además de Cruz Martínez, también están Mónica Cruz Lemini, especialista en medicina y cardiología fetal; Antonio Méndez González, experto en medicina y cirugía fetal, y el especialista en genética médica y perinatal, Israel Juárez Cruz.
Juntos, han innovado en la intervención de la intubación traqueal fetoscópica, una cirugía intrauterina donde se intuba al bebé antes de la cesárea debido a que tiene un tumor o una anomalía que obstruye su tráquea y que le impide respirar adecuadamente.
“En Estados Unidos se diseñó una estrategia que es hacer una especie de cesárea que se llama la técnica EXIT, en donde se saca al bebé pero únicamente su cabeza y en ese momento se intentar abrir la tráquea”, señaló.
“Con esta técnica se han salvado muchas vidas, el problema es que se tiene que hacer con la mamá con el útero abierto y con anestesia general y el tiempo que se tardan en hacerlo, la mamá está a media cesárea y tiene cierto riesgos y hay casos en que no es posible realizarlo”, enfatizó.
Es por ello que los expertos mexicanos idearon la intubación traqueal fetoscópica; “el día que el bebé ya va a nacer hacemos una endoscopia donde localizamos la boca del bebé con una cámara y entramos por ella a la tráquea y el tiempo que estemos ahí pues no pasa nada porque el bebé está dentro de la mamá, refirió.
“Una vez que localizamos la tráquea se coloca el tubo, una porción dentro de la tráquea y otra fuera de la boca pero dentro de la bolsa, se hace la cesárea pero el bebé ya nace entubado, así que ya no hace falta sacarlo sino que se hace una intervención intrauterina con menos riesgos para el bebé y para la madre”, señaló.
Dicha intervención, afirmó el doctor, tiene ya una publicación realizada el año pasado en una revista especializada y está comenzando a ser replicada en otros países.
Al igual que ésta, el grupo, junto con especialistas de hospitales de Brasil y Francia, ha publicado el estudio más grande acerca de la cistoscopia, una cirugía para tratar la obstrucción urinaria en el feto.
Al ser intervenciones muy costosas, que en México oscilan entre los 10 mil dólares, el doctor Cruz Martínez, junto con su equipo, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y diversas fundaciones privadas, crearon los únicos centros gratuitos del país, el Centro de Valoración y el Centro de Cirugía.
Dichos espacios, localizados en el Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro y en la Unidad de Neurodesarrollo del Instituto de Neurobiología, UNAM Campus Juriquilla, reciben a familias de escasos recursos de todo el país que son canalizadas desde sus clínicas con estos especialistas.
Uno de estos casos es el de la familia compuesta por Guillermo y Claudia, padres del pequeño Mateo de dos meses de edad y quienes, provenientes de Tamaulipas, acudieron con el doctor Cruz Martínez para que les diera esperanzas ante la posibilidad de perder a sus bebés.
“Mi embarazo era un caso de gemelos monocoriales, en el Seguro Social nos dijeron que un bebé venía más pequeño que el otro y que me iban a mandar a Monterrey para que me sacaran a un bebé y posiblemente podía perder al otro producto, en ese momento me asusté mucho”, relató Claudia.
Fue un médico particular quien los canalizó con el doctor Cruz Martínez y su equipo para que le diera una segunda opinión. “Mateo tenía un gemelo idéntico y ambos estaban compartiendo la misma placenta de manera desequilibrada.
“El problema es que cuando están conectados a la placenta y ocurre la muerte del gemelo pues ocasiona la muerte del otro gemelo o el riesgo de daño neurológico severo; entonces, la propuestas de estos casos es separar la placenta tratando de proteger al bebé de tamaño normal sobre el de menor tamaño”, explicó Cruz Martínez.
Por lo cual, el único gemelo que se pudo salvar fue a Mateo, el pequeño que duerme plácidamente en los brazos de su papá mientras su mamá con lágrimas en los ojos menciona “yo estoy muy agradecida con el doctor porque creo que es un hombre tocado por Dios y que es impresionante lo que hace”.
A pesar de que Mateo pudo sobrevivir a la intervención y se encuentra en perfecto estado, tendrá que continuar con un tratamiento hasta los 8 años para revisar periódicamente que su desarrollo neurológico y morfológico se den con normalidad.
Esto, debido a que al padecer en vida fetal una enfermedad catalogada como letal, “el riesgo de daño neurológico es de 70 por ciento si no hicimos nada, porque es una enfermedad que está a punto de hacer que el bebé muera y cuando nacen están en terapia intensiva, entonces son muchos los factores” aseveró el especialista.
No obstante, el médico destacó que en el caso de la cirugía fetal, esta no sólo disminuye el riesgo de muerte sino también el daño neurológico, “entonces de ese 70 por ciento de bebés que nacerían con daño neurológico con la cirugía el riesgo de daño es por debajo de un 10 por ciento.
“De nada serviría hacer una intervención y sólo salvar vidas si luego no tenemos un control de la calidad de vida de esos niños, por eso en el Campus de la UNAM de Juriquilla se les hace un seguimiento y esto es desde las primeras ocho semanas de nacidos y la idea es hacerlo hasta por lo menos los ocho años de edad”, resaltó.
Dicho seguimiento es realizado por especialistas que hacen la evaluación del desarrollo neurológico en todas sus áreas: el lenguaje, la función motora, test cognitivos, potenciales visuales y el área auditiva.
“Mi recomendación a las mamás es que además del ginecólogo hagan una evaluación ecográfica avanzada en manos de expertos en ultrasonido. Si algo se detecta en ella sepan que hoy en día hay un tratamiento, hay opciones y por lo tanto se vuelve fundamental hacer una detección oportuna”, detalló.