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De acuerdo con estudios del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF), se ha comprobado que las niñas indígenas de Querétaro dejan de estudiar al terminar la primaria como consecuencia de los usos y las costumbres de la comunidad, pues se piensa que “lo normal” es que la mujer sólo debe casarse y formar una familia.
Lo anterior se suma a que no cuentan con las posibilidades de pagar lo necesario para la escuela.
El secretario de Educación estatal, Alfredo Botello Montes, confirmó que el próximo año retomarán el programa Tsuni, impulsado por la pasada administración estatal para apoyar con becas a las niñas indígenas del estado y que puedan continuar con sus estudios de nivel de secundaria y bachillerato.
“Para 2018 el gobernador dio la instrucción para que se aplique la posibilidad de becas para niñas y jóvenes indígenas y ayudar para que no abandonen su escuela y tengan un apoyo para seguir estudiando en el nivel escolarizado”, destacó.
El funcionario explicó que dicho programa fue cancelado durante este 2017, sin embargo, ante la necesidad de apoyar a las niñas, el gobernador, Francisco Domínguez Servién, dio la instrucción de que se ponga en marcha a partir de 2018.
“Becas Tsuni, programa realizado a través del DIF, no se pudo aplicar en 2017”, admitió.
Por lo cual, el mandatario estatal reveló que las reglas de operación del programa se encuentran en proceso de validación por parte del jurídico y del área administrativa para cumplir con la normativa.
“Estamos trabajando con la Secretaría de Planeación y Finanzas en las reglas de operación, principalmente atendiendo la nueva Ley de Disciplina Financiera que es muy estricta en cuanto ve la aplicación de los recursos”, añadió.
Botello Montes adelantó que para el programa Tsuni se estima unas inversión de 3.5 millones de pesos, para otorgar una beca de mil 200 pesos mensuales a las niñas durante un periodo de 10 meses.
Previamente, el director del SEDIF informó que el programa Tsuni beneficiaba a mil 292 niñas y jóvenes de ocho municipios que estudiaban la secundaria, el bachillerato y 30 más cursaban la universidad. Dicha acción implicaba una inversión de 3.8 millones de pesos.