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Los debates constituyen una excelente tribuna pública para que los candidatos presidenciales demuestren su temple y su capacidad de reacción a situaciones adversas, más allá de la propuesta de sus plataformas electorales, señaló el especialista Luis Octavio Vado Grajales.
En entrevista para Notimex, el abogado especializado en derecho electoral dijo que cualquier tipo de debate permite observar aspectos de personalidad de los contendientes y, en el caso de un debate entre presidenciables, esos aspectos de personalidad pueden convertirse en factor a la hora de la elección.
“Es cierto que los debates permiten que la ciudadanía conozca las propuestas de los candidatos y comparar las trayectorias de cada uno de los contendientes, pero eso también podría observarse en otro tipo de ejercicios”, puntualizó Vado Grajales.
Sin embargo, señaló que el formato de un debate da la interesante oportunidad a cada debatiente de demostrar el temple, el autocontrol y la capacidad de respuesta pronta y certera, así como la capacidad de improvisación.
Por ejemplo, en un panel hay más tiempo para la exposición, pero en el debate hay confrontación de ideas, de propuestas y de trayectorias, lo que detonará la capacidad de autocontrol, el temple y la reacción a las adversidades por parte de cada participante.
El consejero electoral del Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ), escritor y catedrático universitario estableció que la confrontación es parte esencial del debate político, entendiendo que la política no nada más le habla al raciocinio, sino a la emoción humana.
“Como son ejercicios de libertad de expresión en materia política, hay una gran amplitud de posibilidades de enfrentamiento entre los debatientes, siempre y cuando no haya acusaciones sin fundamento”, expresó Vado Grajales.