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Con el objetivo de desarrollar un alimento alto en proteína que cumpla las demandas nutricionales de la dieta mexicana, el licenciado Eduardo Mendieta López, egresado de la carrera de Gastronomía de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), y estudiante de la maestría en Diseño e Innovación, de la Facultad de Ingeniería (FI), está en la fase final del diseño de una pasta a base de chapulines y sémola de trigo.
La iniciativa nace de la necesidad de creación de productos de alta calidad nutrimental y sensorial, a base de insectos, por ser considerados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) como “el alimento del mañana”, pues de acuerdo a este mismo organismo, se tiene previsto un desabasto de alimentos a futuro, y la dificultad en la producción suficiente de proteínas para alimentar a la población alrededor del año 2050.
La antropoentomofagia, o el consumo de insectos como alimento humano, es una costumbre ancestral muy arraigada en el país desde el México prehispánico; sin embargo, en la actualidad es considerado un alimento de élite, pues se ofertan las diferentes especies de insectos comestibles en restaurantes a precios muy elevados.
A este respecto, Mendieta López, investigador del Centro Académico de Desarrollo e Innovación de Productos (Caidep) de la UAQ, ha encaminado sus esfuerzos a incluir estos ingredientes en la dieta diaria del mexicano, con el propósito de conseguir una alimentación saludable y balanceada.
“Dentro de las ventajas nutricionales que tiene el consumir insectos es que es una fuente de proteína pura y de alta calidad.
Su producción no contamina como la industria ganadera, no gasta tanta agua ni genera gases invernadero. Se requiere de muy pocos recursos económicos para alimentar a los insectos, por lo que producir un kilo de proteína de insectos es mucho más sustentable que un kilo de proteína bovina”.
De acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria Molinera de Trigo (Canimolt), las pastas son el alimento más popular entre la población y, por tanto, la tendencia de crecimiento de esta industria va para arriba; es así que el gastrónomo observó la oportunidad de insertar el chapulín en polvo en este producto.
Como parte de su proyecto, Mendieta realiza interacción con el probable consumidor a través de la página de Facebook de SanChap, con el fin de observar la respuesta por parte de la población ante la propuesta del consumo de insectos a través de panes y pastas.
“Los productos a base de insectos siempre han sido mi línea de investigación desde la licenciatura; la FAO ha establecido que una estrategia para promover el consumo de insectos es el desarrollo de productos que los contengan y que la entomofobia o miedo irracional a los insectos vaya disminuyendo”, indicó.