Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) colaboran en el desarrollo de un parche con efecto biosensor que detecta al microorganismo patógeno Pseudomonas aeruginosa y evita infecciones en la piel de personas que han sufrido quemaduras de primer y segundo grado.
El titular del proyecto es el científico de la Universidad de Guanajuato, José Eleazar Barboza Corona, en tanto que los estudios realizados en el IPN son coordinados por Karla Lizbeth Macías Sánchez, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, Campus Guanajuato (UPIIG).
Además colaboran especialistas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), Campus Querétaro, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Unidad León.
En un comunicado, Macías explicó que el sistema de salud tradicional trata las infecciones causadas por bacterias patógenas en quemaduras con antibióticos, analgésicos y medicamentos antihistamínicos que a veces resultan ineficientes y costosos.
Por ello, el equipo planea sustituir dicho tratamiento con el uso del parche elaborado a partir de un polímero biocompatible que no genera efectos secundarios.
“El bioparche contiene en el interior un medio de cultivo semisólido de consistencia gelatinosa dentro del cual se encuentran biosensores diseñados a partir de las bacterias no patógenas Escherichia coli K12 y Lactococcus lactis, las cuales fueron modificadas genéticamente para ayudar a detectar a Pseudomonas aeruginosa y sobreexpresar una bacteriocina que mata a la bacteria patógena”, puntualizó.
La investigadora politécnica indicó que Pseudomona aureoginosa es un patógeno oportunista que se encuentra en el ambiente e infecta fácilmente la piel con quemaduras que están en proceso de cicatrización.
El parche juega un papel dual contra dicho microorganismo, por un lado lo detecta gracias a un gen insertado en las bacterias y, por otro, produce moléculas que ayudan a inhibirlo.
Consiste en una matriz multicapa compuesta de una membrana de nitrocelulosa y un polímero autoadherible, el cual se colocará directamente sobre la quemadura para que haga su función. Si no está presente el patógeno Pseudomonas aeruginosa simplemente no se activará.
La ventaja que tendrá el parche sobre los tratamientos convencionales para las quemaduras es que si la lesión no registra un proceso infeccioso, el cuerpo no recibe fármacos de manera innecesaria.
Macías Sánchez señaló que el sistema tendrá la función de evitar el paso de patógenos a la zona tratada. La duración del tratamiento aún no se determina, pero consideró que podría ser por 10 días.
Mencionó que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) el estado de Guanajuato se encuentra entre las 15 entidades con mayor incidencia de quemaduras severas en México.
Así, la incorporación del bioparche como tratamiento sería una aliosa aportación que más adelante podría ponerse al alcance de la población mediante la creación de una microempresa.