Por: Redacción
Con el objetivo de establecer que la participación de la niñez es importante para ejercer la ciudadanía y darle continuidad a un estudio previo en este tema, la Azucena de la Concepción Ochoa Cervantes, profesora de Tiempo Completo en la Facultad de Psicología (FΨ) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), realizó el estudio “La voz del alumnado: La consulta infantil como mecanismo de participación de niños, niñas y adolescentes”.
Colaboraron 226 estudiantes de primaria y 252 de secundaria, de escuelas públicas.
De acuerdo con la investigadora –quien también es coordinadora del área de Ciencias Sociales y Humanidades de la Dirección de Investigación y Posgrado de la UAQ, coordinadora del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Facultad y parte del Núcleo Académico de la Maestría en Educación para la Ciudadanía–los niños, niñas y adolescentes pueden ejercer la ciudadanía y mejorar su convivencia en los centros escolares a través de sus propuestas.
En este análisis se plantea que la participación es un derecho de este grupo de la población y es una obligación de los adultos resguardarlo y promoverlo, además, las instituciones educativas son los principales espacios para educar cívicamente a los niños. Asimismo, en un estudio con docentes se revela que sus ideas coinciden con lo que los niños, niñas y adolescentes argumentaron.
A través de “La voz del alumnado”, se generó un mecanismo para escuchar la opinión de los estudiantes, sin embargo, la meta no es que quede sólo en la consulta, sino que a partir de ella se generen formas de intervenir más complejas en donde pongan en práctica valores que les permitan formarse como ciudadanos.
Explicó que las preocupaciones que evidenciaron las y los estudiantes tienen que ver primordialmente con la infraestructura escolar, la violencia en la escuela, la disciplina, los accidentes que ocurren en los centros escolares, la práctica docente y la organización en la escuela.
Finalmente, dijo que la idea es que por medio de las respuestas de los niños se puedan generar proyectos –propuestos por ellos mismos– para la mejora de las relaciones sociales dentro de la escuela o de la comunidad en donde habitan, pues se busca que los pequeños sean los protagonistas de este proyecto, pero a partir de la detección de las necesidades que hacen dentro de su entorno.