Mediante el uso de celdas de hidrógeno, un grupo de estudiantes mexicanos de diferentes instituciones educativas desarrolla un proyecto enfocado en sistemas de control de energía para autos eléctricos.
Los alumnos usan un tanque de hidrógeno, una celda de intercambio de dicho elemento y una celda o pila de combustible de membrana polimérica (PEM, por sus siglas en inglés), dijo el maestro de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Gonzalo Macías Bobadilla.
Dichos componentes que se encuentran instalados en un prototipo de auto eléctrico llamado H2 Panda, son guiados por un controlador de velocidad, el cual pasa corriente al motor para que el vehículo se mueva.
El prototipo expone todas las partes ideales que debe contener un automóvil que use hidrógeno para su marcha, comentó Macías Bobadilla de acuerdo con información del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“Tenemos lo que es el tanque de almacenamiento de hidrógeno y sus válvulas reguladoras; la celda de combustible hace la combinación de hidrógeno con oxígeno para que pase a un controlador de carga donde se obtienen la curvas ideales para cargar la batería y enviar la energía suficiente para no desperdiciar el hidrógeno”, agregó.
Las celdas de combustible producen energía a través de reacciones electroquímicas que transforman reactivos químicos en corriente eléctrica, por lo que se considera una alternativa de producción de energías
El estudiante de la UAQ, Héctor Manuel Osuna Castro, dijo que en la actualidad trabajan en agregar otras fuentes de rescate de energía, ya sea solar, por recuperación de frenos u otras tecnologías más avanzadas.
“La celda con la que trabajamos es de 120 watts, no es suficiente para poder mover el motor directamente. Lo que hicimos fue transformarla en un cargador, puesto que envía la energía al módulo de baterías, donde se libera más corriente de manera instantánea, lo que hace funcionar el motor”, explicó.
En tanto, la titular de la academia de Electroquímica y Corrosión del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Rosa de Guadalupe González Huerta, detalló que para hacer una celda de combustible se necesita un sistema especializado de entintado.
“Por ejemplo, de una tinta de platino y hacer un sinterizado de esa membrana; es un proceso tecnológico financiado por el IPN, la UAQ y el Cinvestav”, señaló.
González Huerta destacó la importancia de que las instituciones educativas y centros de investigación trabajen en el desarrollo de proyectos enfocados en la generación de energías limpias a través de hidrógeno y otras fuentes.
“La celdas de hidrógeno todavía son costosas; una de más o menos un kilowatt de hidrógeno está alrededor de 100 mil pesos, a diferencia del kilowatt solar, que anda entre los 30 mil pesos o hasta menos”, aseguró.
La especialista resaltó que los vehículos eléctricos con tecnologías pueden ofrecer muchas ventajas desde el punto de vista del impacto ambiental, por lo que es importante trabajar en la producción masiva de hidrógeno y de celdas de combustible.
En el proyecto trabajan la UAQ, la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas del IPN y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).