Por: Luis Armando Campero
Urge retomar el tema de la eutanasia asistida en la legislación local, no es posible que la medicina se haya humanizado y las leyes no, afirmó Leopoldo Espinosa Feregrino, subdirector del Hospital General de Querétaro.
Durante una reunión con la Asociación Queretana de Abogados AQA y a invitación del Instituto Iberoamericano de Justicia, versión Querétaro, el reconocido médico legista y ex director de Servicios Periciales de la Procuraduría Estatal, señaló que la eutanasia asistida es aquella que consensuada con los pacientes (la mayoría de los casos), los familiares y los médicos, pueden otorgarle no una mejor calidad de vida, sino una mejor calidad de muerte a los pacientes que sufren de alguna enfermedad terminal.
De hecho, dijo, en varios países ya está legislado este procedimiento, y aunque la Ley General de Salud da la posibilidad de permitir acciones para que a un paciente no se le extienda la vida, cuando no existe posibilidad de cura, esto en cuanto a la procuración de medicamentos o mecanismos artificiales de vida, lo cierto es que el artículo 312 del Código Penal Federal prohibe y castiga la eutanasia, es decir, para quien termine con la vida de un paciente a petición del mismo o prestarle auxilio para su suicidio.
Asimismo, reconoció que hay intentos de partidos como el PRI y el PRD, tanto en el Senado como en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México por legalizar el procedimiento, pero hasta el momento no se ha logrado reformar el artículo 166 bis 21 de la Ley General de Salud que define a la eutanasia como homicidio misericordioso.
Espinosa Peregrino expresó que la evolución normativa debe ir encaminada a otorgar lícitamente garantías bien definidas de libertad, respeto y convivencia del hombre frente al Estado, con derechos y obligaciones que deben ser compartidas.
“Es un tema controversial, porque chocan las cuestiones políticas con la moral, pero no podemos soslayar el tema de la eutanasia, tenemos que abordarlo, los casos son a diario, el sufrimiento de los pacientes, el de los familiares, ya no podemos darle la espalda”, sentenció el galeno.
Aseveró que se debe hacer un trabajo multidisciplinario, crear el testamento de vida, la voluntad anticipada, que quien padece estas experiencias amargas les sean respetados sus derechos humanos de autodeterminación, algo que ya está suscrito y protegido en tratados internacionales.
“Estamos hablando de la eutanasia pasiva, no de la activa, donde el médico prácticamente acaba co la vida del paciente, no.
Hay una historia natural de la enfermedad, y cuando se trata de una mal terminal, sabemos que la muerte es inminente, es decir, enfermedades incurables, en donde ya no le podemos ofrecer nada al paciente desde el punto de vista médico, es ahí donde podemos ayudar, por sentido humano, por piedad, a pacientes y familiares”.