Aquellos pequeños cuerpos morenos de semblante alegre, ojitos negros y coloridos vestuarios, que observan silenciosos desde lo alto de una repisa, son los encargados de mantener latente la identidad y la riqueza cultural de los pueblos indígenas mexicanos.
Sobre sus suaves hombros de tela, recaen dos importantes responsabilidades: alegrar los días de los niños y adultos que los atesoran y transmitir a través de su vestuario y accesorios, la cosmovisión de sus pueblos.
“Para los pueblos indígenas existen dos elementos fundamentales para manifestar su identidad, su lengua y su indumentaria, y esta última se muestra en cada una de estos muñecos que reflejan también la forma de ver el mundo que tiene cada pueblo”, señaló en entrevista con Notimex, la antropóloga Amparo Rincón.
Al respecto, la emprendedora Mimi León, que junto a un grupo de 12 familias elabora los simpáticos muñecos de trapo “Aluxin”, los cuales a través de diversos personajes muestran la cultura del pueblo maya, destacó que estos objetos permiten enseñarles a las personas de todas las edades la historia de su gente.
“La cultura maya era sabia y cómo le explicas eso a un niño o un adolescente, entonces por eso nosotros presentamos los trajes típicos y actividades del mundo maya en cada muñeco, para que las personas se acerquen a nuestra cultura”, dijo.
Por ello, entre los personajes más emblemáticos de “Aluxin” se encuentran la chamana, que con su penacho y su bastón describe el importante papel que juega esta figura aún hoy en día entre la comunidad maya, gracias a sus conocimientos “mágicos” de la naturaleza.
Entre el muñeco que representa al guerrero jaguar y la muñequita que homenajea a la mujer mestiza, aparece el jugador de pelota, un personaje emblemático de la época prehispánica.
De pie al lado de una colorida muñeca del pueblo otomí conocida popularmente como “María”, la artesana Petra Ledezma describió que además de dar a conocer su cultura, el oficio de elaborar estos juguetes le ha permitido a su comunidad, Santiago Mexquititlán en Querétaro, sentirse orgullosa de sus raíces.
“Esto nos representa y le ha dado trabajo a toda mi comunidad porque no me gustaría que los vecinos tengan hijos drogadictos, me gusta ayudarles para que salgan adelante y que mejor que un trabajito para que cuando los niños lleguen de la escuela hagan su tarea y después se pongan a hacer las muñecas”, mencionó.
Por otra parte, la antropóloga señaló que estos objetos entrañables han ido ganando en los últimos años mayor notoriedad, gracias a colecciones que se exhiben en recintos culturales importantes de México y el mundo, como el Museo Nacional de Culturas Populares en la Ciudad de México.
Así como el Concurso Nacional de Muñecas Artesanales, que desde hace cinco años se lleva a cabo en Amealco, Querétaro.
No obstante, mencionó que “les hace falta difusión y la valoración no solamente del público adulto, sino de los niños a quienes hay que darles la información cultural que tiene el muñeco para que vayan identificando nuestras raíces y sepan que México posee una gran diversidad cultural”.
En este sentido, Mimi León agregó que la importancia de estas personitas elaboradas en diversos materiales que varían dependiendo de cada pueblo, es uno de los mayores tesoros que las comunidades indígenas del país le han dado a México y al mundo.
“Es uno de los mayores legados que tenemos, porque en una pieza puedes observar e interpretar mucha de las costumbres de lo que se ha ido transmitiendo de generación en generación, lo que nos hace conocer nuestra historia, porque tienes que conocer tu historia para poder escribir tu futuro, y aparte ahí está el corazón de todos los artesanos”, puntualizó.
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