“Desde hace muchos años estoy luchando, lucho por ideales, por principios y todo es modestamente”, aseguró Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República por la coalición Juntos Haremos Historia, en un acto realizado en Amecameca, Estado de México.
Apenas los puestos de comida se empezaban a instalar, los comerciantes levantaban las cortinas de sus negocios y los vendedores ambulantes acomodaban la venta del día, cuando dio inicio el primer evento del candidato presidencial.
“Llegamos sin desayunar y ya nos comimos unos tlacoyos”, comentó López Obrador tras afirmar, ante los más de mil simpatizantes y militantes que se encontraban a su espera en el Parque Municipal, que éste ha sido “el acto más tempranero” en lo que va de su campaña.
El calor se hacía presente entre las personas que gritaban “AMLO Presidente”; sin dar más detalles y después de darles las gracias por la desmañanada, el tres veces candidato presidencial empezó a manifestar sus compromisos de campaña y resaltó el apoyo al campo, “este campo que ha sido abandonado por la mafia del poder”.
“Estamos comprando 14 millones de toneladas de maíz en el extranjero, siendo que somos productores, esto porque se abandonó el campo y ahora tenemos que comprar maíz, frijol, arroz y gasolina, porque estos corruptos se han reducido a comprar en el extranjero lo que consumimos, ahí están los moches, ellos abandonaron la actividad productiva”, exclamó ante sus fervientes simpatizantes.
Les aseguró que como presidente no va a tener lujos, porque así está acostumbrado, que además del avión presidencial, se cancelará la compra de 8 helicópteros artillados para la Marina, una vez que él llegue al cargo; retomó sus compromisos de dar apoyo económico a jóvenes, la cancelación de la Reforma Educativa, la no privatización de agua, ni del ISSSTE y el aumento a la pensión de adultos mayores.
Se despidió de los simpatizantes, quienes hasta el último minuto de su retirada lo seguían detrás de su camioneta.
En Veracruz
En Papantla, Veracruz, López Obrador no sólo recibió una limpia para alejarle las malas vibras. Al templete le llevaron una silla, parecida a la Presidencial, en la que se sentó y hasta bromeó que ésa no estaba “embrujada”.
Ahí reiteró que no vivirá en la Residencia Oficial de Los Pinos. Entre bromas, advirtió que no se sentará en la silla presidencial.