Con 25 años como mecanismo para medir la opinión ciudadana en materia electoral, tanto encuestas como encuestadoras permanecen en el “ojo del huracán”. Cuestionamientos y críticas afloraron en el foro “El papel de las encuestas en el proceso electoral”, organizado por Instituto Nacional Electoral (INE), que reunió a 15 representantes de lo más granado de las empresas del ramo.
A flote salieron las empresas “patito”, cuyo producto ahora se denomina fake news, hubo propuestas desde la creación de una fiscalía para delitos de encuestadores, mayores regulaciones a las encuestas y hasta eventuales escenarios.
Jorge Alcocer, director de Voz y Voto y analista político, propuso la creación de la fiscalía, pues argumentó: “¿quién me defiende a mí como lector de encuestas?, ¿quién me dice cuál es la buena y cuál es la mala? Porque sospecho que la mayoría de quienes leemos encuestas, no tenemos por qué ser especialistas de muestreo”.
Edmundo Jacobo Medina, secretario ejecutivo del INE, señaló que se han detectado 321 encuestas originales, 80 por ciento de ellas sobre la elección presidencial, 18 por ciento sobre senadores y dos por ciento sobre diputados; se han reproducido en 175 ocasiones y han tenido mil 500 referencias en artículos de opinión y columnas.
Ante tal magnitud de encuestas, Luis Woldenberg, de la empresa Nodo, destacó que entre abril de 2012 y abril de 2018 aumentaron en 288 por ciento las encuestas; pero en 2012 se hicieron ocho en vivienda mientras que en 2018 se hicieron 23 y, de ellas, sólo nueve fueron realizadas en vivienda, que son las más completas.
Precisó que de las 236 encuestas publicadas entre septiembre de 2017 y el 26 de abril de este año, 53 por ciento presentaron los 12 criterios aplicados por el INE; es decir, se hacen más encuestas, pero con menos rigor científico; “134 no cumplen con los requisitos, 47 por ciento incumple”, aseguró, por lo que “sólo generamos confusión, porque se contradicen; ¿a quién le creo?, ¿cómo me puedo informar?, ¿para quién sirven?, estos son los retos planteados por el público, hay un mundo lleno de cifras y pocas encuestas”, criticó.
El borrego y la credibilidad
El mito del borrego y la credibilidad brincó como fuente brotante, una pregunta de los más de 400 asistentes al foro causó eco: “la falta de cultura política es la que hace más fácil la manipulación que hacen los candidatos, por eso cuando dicen que van ganando en las encuestas todos lo dan por bueno”, Ulises Beltrán, de BGC, reaccionó: “uno se informa en la medida y en el lugar que se quiere informar”.
En redes sociales, la multiplicación de encuestas es mayor; al respecto, Woldenberg señaló que en los primeros 30 días de campaña electoral se han publicado 161 mil encuestas: 141 mil 934 por Twitter, 17 mil 32 en Facebook y 2 mil 895 por WhatsApp. “En promedio, cada usuario de redes sociales ha visto cerca de 14 resultados diferentes”.
Al respecto, Jacobo Medina afirmó que esos ejercicios son sondeos meramente, pero se publican como encuestas, con lo que se desinforma a la gente, “porque aún somos ingenuos y nos creemos lo que nos llega en redes y lo que vemos en los medios”.
Lo único que generan, acotó Woldenberg, es confusión, sospecha y descrédito, y citó la columna de Raymundo Riva Palacio, publicada el 28 de mayo, en la que afirma: “periódicos de prestigio se instauran como modelo de negocio con encuestas a modo, encuestas a la carta para el mejor postor, un filón de negocios es generar encuestas a pedido”.
Margarita o la desconfianza
Alcocer mencionó que existen momentos y situaciones que hacen frágil la confianza en las encuestas, pues recordó que “en septiembre del año pasado se decía que Margarita Zavala estaba por encima de López Obrador en intención de voto. Y yo me pregunté: ¿Dónde quedó tanta galanura? ¿Dónde quedó tanto apoyo que hoy esta señora que hace unos meses aparecía en las encuestas en el número uno, hoy renunció a su candidatura porque andaba, si mal no recuerdo, arañando el uno por ciento?
Entonces, pues algo no está funcionando”.
Y es que, hay empresas como Massive Caller, que es la encuestadora de Ricardo Anaya, que publica sus resultados como una empresa autónoma, aunque sale al tema no por los resultados que aportó ayer, sino por la metodología que emplea, usar robots para hacer llamadas telefónicas, situación que en Estados Unidos está prohibida, afirmó Francisco Abundis, de Parametría, y el siguiente paso, es, vaticinó, serán las llamadas al celular, por lo que instó a que se “legisle en la materia y se prohíba a las encuestadoras emplear ese tipo de sistemas”.
Al respecto, Lorenzo Córdova Vianello, presidente consejero del INE, dijo que “en los últimos 20 años el gremio demoscópico se ha fortalecido técnicamente y hoy es una industria sólida; sin embargo, es una industria criticada un día sí y otro también. Si los resultados no son como esperan los clientes, por un lado, o los simpatizantes o los patrocinadores no son como el gremio nos ha venido insistiendo, sino se interpretan como proyecciones o como predicciones, indebidamente”.