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El Consejo Ciudadano capitalino y la Red Nacional de Consejos Ciudadanos de México, presentara una iniciativa de ley para regular la expedición de licencias y permisos de venta de alcohol, ante el creciente número de “chelerías” en la capital del país.
La presencia de estos centros de consumo, así como de establecimientos comerciales específicos, se han desdoblado a tianguis, mercados y tiendas de abarrotes, donde se genera una venta indiscriminada de cerveza a todo público, incluidos menores de edad, de acuerdo con las denuncias del consejo.
Reportes recibidos denuncian la proliferación de esta actividad en locales ambulantes o no autorizados como un factor de inseguridad, donde se generan riñas constantes, se ofrecen estupefacientes a los consumidores y se provocan accidentes y lesiones. Este tipo de establecimientos se han incrementado en los dos últimos años.
El Consejo Ciudadano considera que la venta de alcohol indiscriminada en la vía pública es uno de los factores fundamentales del crecimiento de la inseguridad, en su carácter real y como percepción. De acuerdo con el Inegi, el 65 por ciento de los mexicanos ha detectado esta conducta antisocial en su entorno y, en el caso de la Ciudad de México, es la segunda actividad pública más señalada como la más conflictiva, debajo de los robos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi, del mes de julio de este año, en la zona norte de la ciudad el consumo de alcohol en las calles es visto por el 83.5 por ciento de los ciudadanos; en la zona sur por el 69 por ciento; en el oriente por el 91 por ciento y en el poniente por el 71.8 por ciento, lo que revela la frecuencia de la actividad.
El Consejo Ciudadano considera que no sólo los riesgos están en las riñas y la venta de droga al menudeo, también se corre el riesgo del consumo de alcohol adulterado, lo que afecta la salud de las personas.
Por ello, el Consejo Ciudadano convoca a las autoridades delegacionales a tener una mayor intervención para frenar la venta de alcohol en las calles, en particular de cerveza, la cual erróneamente se percibe como alcohol de menor graduación, cuando la evidencia demuestra que es la moderación -y no el tipo de alcohol- lo que evita riesgos.