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Por Pedro Montes de Oca
La Cruz Roja Mexicana atendió el año pasado, 5 millones 580 mil 110 servicios médicos, con el apoyo de 3 mil 534 médicos y enfermeras. Además ofreció más de un millón 429 mil servicios de ambulancia gratuitos con la labor desinteresada de 13 mil 213 técnicos en urgencias médicas y el apoyo de 2 mil 457 vehículos de emergencia y unidades de rescate en todo el país.
Al conmemorar su 107 aniversario, Cruz Roja Mexicana se prepara para enfrentar los nuevos desafíos humanitarios que se le presentan con el apoyo del voluntariado que trabaja en el Plan Estratégico para fortalecer más la labor humanitaria en beneficio de la sociedad a través de tres líneas estratégicas: Socorros, Salud e Inclusión Social.
En la ayuda a los migrantes que hacen su recorrido hacia Estados Unidos, la institución, a través de la Coordinación Nacional del Restablecimiento de Contacto entre Familiares, apoyó a 11 mil 102 migrantes, quienes lograron comunicarse con sus familiares.
Todos estos servicios humanitarios se lograron con el trabajo de 43 mil 143 voluntarios que entregan parte de su tiempo de manera desinteresada, laboran y se capacitan en las 554 delegaciones establecidas en el país.
Durante 2016 la Coordinación Nacional de Socorros apoyó a más de 75 mil personas afectadas por huracanes, inundaciones y con entrega de ayuda humanitaria a través del Plan Invernal.
Con el Plan Estratégico se busca fortalecer más a las comunidades vulnerables a través de programas de resiliencia lo que permitirá capacitar a los pobladores en primeros auxilios, brigadas comunitarias de protección civil, planes familiares de emergencia y crear proyectos autosustentables, para que pobladores tengan una mayor capacidad de respuesta ante los desastres naturales.
Las damas voluntarias, juventud y el voluntariado beneficiaron a más de 814 mil personas a nivel nacional el año pasado con programas humanitarios dirigidos a niñas y a niños en el cuidado y autoprotección de su salud, así como a casas hogar, asilos, cárceles y atención a adultos mayores.
Ofrecer una vida sana y segura será la nueva línea estratégica que además de fortalecer el trabajo antes mencionado, permitirá al voluntariado redoblar sus esfuerzos en proyectos con mejores hábitos de vida y de salud para prevenir enfermedades de mayor incidencia que afectan a las comunidades.
Por último, fomentar la inclusión social y una cultura de la no violencia y la paz, contribuye al desarrollo de las personas y de las comunidades, por lo que el personal de la Benemérita institución trabaja en reducir aquellos factores que acrecientan la exclusión, entre los que destacan la disminución de competencias y capacidades, el estigma, la discriminación y la violencia.