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Originalmente, los sindicatos fueron formados para que los intereses de diferentes gremios en México pudieran ser represantados y que sus derechos fueran respetados.
Sin embargo, conforme los sindicatos fueron ganando poder, el derecho a la libre asociación dejo de ser menos importante y poco a poco fueron usados para fines políticos ligados a ciertos partidos.
Actualmente la eternización
de los líderes de los principales sindicatos del país sigue siendo una constante, como lo demuestra el hecho de que buena parte de ellos se ha reelecto hasta acumular dos o tres décadas en el cargo.
Estos son algunos de los líderes más poderosos de nuestro país:
Carlos Romero Deschamps
Carlos Romero Deschamps. Foto: Cuartoscuro
Estará al frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), al menos, hasta el 2024. Es miembro activo del partido desde 1961, donde inició su carrera como coordinador de campañas del tricolor en Tamaulipas.
En el libro Los demonios del sindicalismo mexicano, el autor Martín Moreno lo señala como “el líder sindical más poderoso en este momento, quien después de la detención de Elba Esther Gordillo, se erigió como el máximo líder”.
Juan Díaz de la Torre
Aunque actualmente el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es Juan Díaz de la Torre.
En un encuentro con jóvenes de la organización Maestros por México, Elba Esther Gordillo, liberada el pasado 8 de agosto, insistió en que ella sigue siendo la presidenta del SNTE Sin embargo, la toma nota la tiene Díaz de la Torre.
Napoleón Gómez Urrutia
Napoleón Gómez Urrutia y Ricardo Monreal, ambos senadores de Morena, se saludan previo a la toma de protesta / Foto: Cuarto Oscuro
Tras más de 12 años en el exilio, Napoleón Gómez Urrutia, secretario general del Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, regresó a México en calidad de senador electo por Morena.
El episodio más duro que Gómez Urrutia enfrentó antes de exiliarse en Canadá se produjo tras la explosión de la mina Pasta de Conchos, en Coahuila donde murieron 65 mineros, de quienes no se logró rescatar ningún cuerpo.
Luego de ese accidente, uno de los más graves en minas mexicanas, la Interpol emitió una ficha roja en su contra por un fraude de 55 millones de dólares contra los agremiados al sindicato minero.
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