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Ante decenas de medios de comunicación, la jefa de Gobierno electa, Claudia Sheinbaum, presentó en su casa de transición de la Portales a la mujer que designó para encabezar la Secretaría de Salud capitalina: Oliva López Arellano.
La recién elegida para colaborar en la próxima administración morenista ha ejercido poco su profesión; fue médica comunitaria en la huasteca potosina y Chiapas, aunque tiene más de 70 artículos sobre las fallas en las políticas de salud.
Casualidad o no, pareció que, para estar en sintonía con el nombramiento, ella y Sheinbaum llevaban blusa blanca como una referencia a la vestimenta de los médicos.
Con bajo volumen de voz pero sin titubeos, agradeció la distinción de haber sido considerada para este cargo por su experiencia y vocación social.
“Vamos a hacer un diagnóstico muy certero. Vamos a valorar qué y como están funcionando los programas, pero muy importante es la estabilización del servicio”, dijo a lo cuestionamientos de la prensa sobre si continuarán con los programas creados en esta administración, especialmente Médico en tu Casa.
Tranquila y sonriente pese a algunos problemas en el equipo de audio, desde el patio del inmueble, Sheinbaum enlistó los logros académicos y en el ámbito de la investigación de la próxima funcionaria, casi todos en la UAM Xochimilco.
Pero destacó que conoce bien la dependencia, pues entre 2000 y 2003 trabajó como directora de Planeación y Coordinación Sectorial.
Sin dar mayores detalles de los cambios que se realizarán en la red de salud del Gobierno local para mejorar la atención, explicó que lo prioritario será garantizar el derecho a la salud digna y por ello el primer objetivo será que todas las unidades médicas cuenten con el personal necesario y capacitado.
Añadió que propondrán hacer una revisión a los hospitales materno-infantilesde la Ciudad de México, pues aseguró que éstos deberían convertirse en generales.