Cuatro de cada diez escuelas en el país, no tienen drenaje, lo que significa un grave riesgo a la salud para los estudiantes, señaló la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Al conmemorarse este lunes el Día Mundial del Retrete, la comisión subrayó en un comunicado, que el Estado mexicano debe atender las recomendaciones emitidas por la Relatoría Especial sobre el Derecho Humano al Agua Potable y el Saneamiento en esta materia.
También exhortó al gobierno federal a ratificar el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que permite la presentación de quejas.
De la misma manera, es necesario garantizar la sostenibilidad del agua, además de crear conciencia sobre el derecho de acceso a este líquido, tal como señala la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
La comisión advirtió su preocupación con respecto a la carencia de acceso a otros servicios básicos. Por ejemplo, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) revela que 23.7 millones de personas carecían de acceso a servicios básicos en 2016.
En instalaciones educativas, el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (Cemabe) 2014 destaca que en 27.72 por ciento de los planteles escolares, es decir, en 57 mil 567, no hay acceso al agua de la red pública del Estado.
Además, todavía hay 23 mil 283 escuelas sin baños o sanitarios y 20 mil 111 sin luz eléctrica, es decir, 11.21 por ciento y 9.68 por ciento del total de planteles en el país, respectivamente.
Las entidades federativas con el mayor número de escuelas en condiciones precarias son Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Michoacán.
En ocasión de esta fecha conmemorativa, la Asamblea General de la ONU adoptó su resolución A/RES/77291, titulada Saneamiento para todos, para que la comunidad internacional aliente cambios de comportamiento y políticas para aumentar el acceso de las personas en situación de pobreza a los servicios de saneamiento.
Según la Organización Mundial de la Salud, 60 por ciento de la población mundial –4 mil 500 millones de personas— no dispone de sistemas de saneamiento en sus viviendas o son deficientes, en tanto que 892 millones de personas carecen de retretes, lo que se considera un riesgo de salud pública.