Por: Vladimir Galeana
Hace mucho tiempo que este país presuntamente inició una lucha contra la pobreza. Y señalo que presuntamente porque hasta ahora no hemos tenido u obtenido resultados alentadores, por el contrario, creo que vamos de mal en peor. La alternancia de 12 años en que los gobiernos surgidos del Partido Acción Nacional se hicieron cargo de conducir al país salió igual o peor que aquellos que encabezó el Partido Revolucionario Institucional.
Abordar el tema de la corrupción significa hablar mal de todos, y aunque los principales actores políticos se lanzan constantemente acusaciones, están bañados de lo mismo. Para decirlo más claro, no es tan sólo el problema de la corrupción el que tanto daño causa a este país, sino el cinismo de nuestros gobernantes que no tienen empacho en asegurarse pulcros y transparentes cuando los ciudadanos nos enteramos todos los días de los hurtos que del presupuesto realizan en todas las latitudes del país.
Todos están bañados de lo mismo, y el discurso de la honestidad no solamente es letra muerta, sino una cínica forma de intentar lavarse la cara ante los demás. El debate iniciado en la Cámara de Diputados para evitar que el actual procurador general de la República pueda competir por ser el fiscal general de la nación no es una lucha contra Raúl Cervantes o contraEnrique Peña Nieto, sino el primer capítulo de lo que será la batalla por la Presidencia de la República el año venidero.
Lo que no han entendido los tricolores es que las campañas presidenciales se adelantaron, y que la controversia acerca de quién debe ser el fiscal es la cortina de humo diseñada por los panistas y perredistas para colocarse desde ahora en el camino de la publicidad, la propaganda, y apoderarse de la conciencia colectiva para desgastar las posibilidades de los tricolores para reposicionarse. Y han sido tan cándidos que cayeron en la trampa del debate y el desgaste inútil.
Lo que no han sabido comunicar los tricolores, y desde luego que los estrategas de la Presidencia de la República, son los buenos resultados obtenidos por el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Sobre todo en materia económica y de combate a la pobreza, donde existen cifras alentadoras que debiera conocer y entender esa franja de votantes que siempre se mantienen en la indefinición y que toman determinaciones los días previos a las lecciones.
El debate del “fiscal carnal” ha centrado la atención de los mexicanos en el Congreso y no en los mensajes publicitarios de los resultados consignados en el quinto informe de gobierno. Marko Cortés ha sido fundamental para evitar que la gente se concientice de las cosas buenas del sexenio de Enrique Peña Nieto.
El problema de panistas y perredistas es que ese debate inútil permite que López Obrador siga avanzando. La estrategia que sostiene Marko Cortés llevará también al desfiladero a la alianza entre panistas y perredistas. Al tiempo.
Vladimir.galeana@gmail.com