Por: Antonio Navalon
El que sólo sabe hacer el milagro de los panes y los peces, como otros ilustres políticos mexicanos que pensaban que un “político pobre es un pobre político”, es capaz de multiplicar un sueldo. Y además tiene muy buen ojo para los negocios, sabe dónde comprar, cuándo comprar y lo que es más importante, sabe a quién venderle y a qué precio.
Pero ahora, así como el futuro viaja por el aire, los problemas viajan hacia otro continente.
Ricardo Anaya tiene abogados en España. Y es que, es en ese país donde hay huellas del paso, no de un hombre afortunado y abusado, sino de la campaña que se gesta en su contra desde el poder –no se sabe cuál en específico– y que ahora lleva sus preocupaciones por tierras españolas.
El verdadero problema del Frente Ciudadano por México no es elección sí o elección no. El problema es que el aparato troncal de esa alianza, de ese frente ciudadano sin ciudadanos, es una coalición que pasa por el brazo armado de la razón histórica del partido de Gómez Morín ejecutado por la brillantez de su joven presidente.
Y ahora, Anaya no tiene problemas con haber tenido demasiada suerte, no tiene problemas con el hecho de que en política es tan importante lo que parece como lo que realmente es, sino que tiene problemas con una conspiración articulada desde el poder que busca acabar con él.
Aunque es conveniente recordar que no ha existido –y olvídese usted de la broma y de la escenificación que significó el tema del fiscal general– un presidente del PAN más comprensivo con el poder que Ricardo Anaya, una comprensión que se deriva de un hombre muy afortunado que sabe dónde comprar, cuándo comprar y lo que es más importante, a quién venderle y a qué precio.
Mientras tanto hay dos tipos de panistas. Los que no le deben nada, que naturalmente empiezan a preguntarse por qué en cada reunión que tiene con el Grupo Parlamentario dedica casi cuatro horas a explicar lo bueno que es. Y los que le deben todo, que son los que tiene en este momento administrando el partido y los grupos.
Como yo creo en la Constitución y en el estado de derecho mantengo la presunción de inocencia sobre el dirigente del partido blanquiazul.
Y que un hombre busque abogados en España o la maldad política le atribuya propiedades inconfesables, no quiere decir que las tenga, a menos que se demuestre lo contrario.
@antonio_navalon